Londres

Oxígeno para las federaciones

El COE ha gestionado con La Caixa una línea de crédito que aliviará el deporte español

El presidente del COE, Alejandro Blanco, y Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, junto a algunos de los deportistas españoles que compitieron en Londres
El presidente del COE, Alejandro Blanco, y Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, junto a algunos de los deportistas españoles que compitieron en Londreslarazon

MADRID-Después de recibir del CSD las malísimas noticias que ya intuían –recortes de las subvenciones a tutiplén para 2013 cuando ni siquiera pueden hacer frente a pagos de 2012–, las federaciones acudieron en procesión al presidente del COE para pedir árnica y han conseguido oxígeno. A partir de noviembre, cuando se firme el compromiso, tendrán acceso a una línea de crédito que La Caixa va a poner a su disposición para hacer frente a la situación de quiebra en la que algunas ya se encuentran. Hay un preacuerdo entre Alejandro Blanco e Isidro Fainé al que sólo falta añadir el mes próximo la cantidad y las condiciones que, mediante una póliza, cubrirán los meses sin ingresos y facilitarán el funcionamiento administrativo y deportivo del motor del deporte español.

A mediados de septiembre, Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, reunió en el CSD a los presidentes de federaciones y les trasladó el reparto de la miseria impuesto por el ministerio de Hacienda al de Educación, Cultura y Deportes. «Montoro ha entrado a saco y Wert apenas ha podido defenderse», es la conclusión final y el sentimiento general que, en plena frustración por la magnitud de los recortes, señalaban al ministro de Educación como principal responsable de la sangría que va a sufrir el deporte español. «Wert ha hecho lo que ha podido», concluye con harto pesar un diputado del PP que llegó a plantearse la dimisión al cerciorarse de la imposibilidad de rascar un euro más y por no poder convencer con argumentos reales y pruebas palpables a los máximos responsables de que con estos presupuestos el deporte español puede retroceder 40 años. La respuesta fue: «Estas severas medidas afectan a todo el país, no sólo al deporte».

En 2008, año de los Juegos Olímpicos de Pekín, el presupuesto del Consejo Superior de Deportes superaba por poco los 194 millones de euros; en 2009 bajó a 193,3; en 2012, Juegos de Londres, 124,4, en 2013 será de 61 millones… Las subvenciones del CSD a las federaciones se han ido reduciendo en idéntica proporción y se calcula que éstas han perdido un 70% en el transcurso de estos años. La asignación para el próximo curso se queda en 31 millones (en 2012 fueron 48). La consecuencia: despidos de médicos, técnicos, entrenadores, administrativos… Cierre de instalaciones. Menos becas y renuncias a participar en competiciones internacionales y a organizarlas en España.

Cardenal comunicó a los presidentes federativos que se prepararan para recibir, por término medio, un 40% menos de subvención, que en algunos casos podría ser el 30% y en otros llegar hasta el 60%. Les conminó a buscar nuevas fórmulas de financiación y a alcanzar el déficit cero, si era menester con recortes en todas las áreas y por todos los conceptos (menos personal, menos competiciones, menos citas internacionales, menos, menos y menos)… El presidente de boxeo, cuya federación depende en un 80,26% de la subvención del CSD, con un solo administrativo en nómina, automáticamente pensó que con estas medidas ni siquiera tendría capacidad para rendir cuentas al Consejo Superior. Quizá no le quede más remedio que externalizar ese servicio.

Al ser nombrado Miguel Cardenal presidente del CSD no intuyó la que se le venía encima. En los primeros días de su mandato, cuando el furor de la crisis y la escalada de la prima de riesgo eran sólo la punta del iceberg, respondió a un responsable de la organización del Mundial de Ciclismo Ponferrada'2014 que su intención era cumplir con los compromisos adquiridos, «aunque tengamos que vender los cuadros del Consejo». Hoy, ni siquiera esa venta serviría de bálsamo en la situación actual. De ahí que, tan sólo diez meses después, el secretario de Estado haya sugerido la fusión de federaciones –hay 64 bajo su manto– y avisado de que no va a poner un euro para eventos como el Mundial de Ponferrada, «porque no lo hay».

Exactamente es así, «no hay dinero». Mariano Rajoy, cuando escucha a alguno de sus ministros y colaboradores y le dicen que el sector tal o cual, o que fulanito o menganito están que trinan por los recortes, contesta: «¿Y quién en este país no está enfadado conmigo?». ¿Cómo va a sobrevivir Halterofilia, la federación que de su millón de presupuesto dependía del 86,03% de la subvención estatal en 2011? Y en 2013, menos. Porque el Consejo ha explicado que para el reparto aplicará el criterio de los resultados, y ahí es donde el Atletismo, por ejemplo, tiene todas las de perder. Odriozola empezó con los recortes en abril, cuando la ayuda del CSD era de 4,2 millones. Tras el fracaso en Londres, asume que no va a recibir más de dos para 2013, y su presupuesto está por encima de los 11. Otra situación límite aguarda a la de Ciclismo, que pasará de los 3.140.997 de 2011 al millón pelado en 2013, y se le viene encima la minuta del TAS por el «caso Contador», que asciende a 465.000 euros.
Son sólo algunos ejemplos de la miseria que invade al deporte español y que, según los expertos, le hundirá en los años 70. Con el estancamiento sufrirá toda la pirámide, desde el deporte escolar y la captación de talentos hasta la cúspide del profesionalismo. Por todo ello, y por la imposibilidad de hacer frente a los pagos –en algunas federaciones los empleados tienen ya pendientes de cobro algunas nóminas–, los presidentes, representados en Cofede y Aede, acudieron al COE en busca de auxilio. Alejandro Blanco ha negociado con Isidre Fainé la línea de crédito de La Caixa, pero será en el mes entrante cuando se fije el montante –faltan 20 millones para equiparar los presupuestos de 2013 a los de 2012, y de estos últimos hay una rémora de partidas que a día de hoy no se pueden pagar– y cabe la posibilidad de que otros dos bancos, que ya han mostrado interés, actúen también de salvavidas del deporte español.

Los directivos y el «amateurismo»
Cuando Cristóbal Montoro y su equipo de colaboradores abordaron los presupuestos del Consejo Superior de Deportes, con la frialdad del cirujano que tuvo que cortar en Educación y más aún en Cultura, no hay que descartar que, en el momento de aplicar el bisturí sin compasión, consideraran los sueldos de algunos presidentes de federaciones, «que cobran más que un ministro». Sueldos por encima de los 100.000 euros con «Visa oro» y gastos de representación, en algunos casos. Por aquel entonces, Fernando Carpena había decidido no renovar el contrato de la seleccionadora Anna Tarrés. Se filtró que la entrenadora paradigmática de la sincronizada cobraba en torno a los 120.000 euros anuales. Preguntada en Onda Cero por su sueldo, lo aclaró: «Percibo 3.500 euros mensuales».

Lo que en ese instante empezó a llamar la atención no fue la ficha de la entrenadora sino el salario de su presidente, aprobado en la asamblea de la Federación Española de Natación, a propuesta de él, y que alcanzaba los 120.000 euros, que más tarde se rebajó un 10% al enseñar las orejas la crisis. Además, gastos de representación. Y su caso no es el de la Federación de Fútbol, que el año pasado renunció a los 3,3 millones de subvención.
Sin embargo, el futuro de los responsables federativos podría ser un inevitable retorno al pasado. Emilio Estarlik, presidente de la Federación Española de Halterofilia, empieza a hacerse a la idea: «Me parece que como esto siga así, sólo vamos a quedar los que sentimos el deporte». El amateurismo en los despachos podría ser una solución, pero también es cierto que la mayoría de los presidentes ejercen su cargo como profesionales, «y eso se paga». ¿A qué precios? Ahora, ésa es la cuestión.