Sevilla
Miguel García ya sabe que no volverá a jugar al fútbol
El jugador se recupera de la parada respiratoria que sufrió, pero se tendrá que despedir del juego
MADRID-Después del susto que tuvo lugar el pasado sábado en el Helmántico, donde Miguel García, jugador del Salamanca, sufrió una parada cardiorrespiratoria, ya podíamos intuir que el centrocampista no volvería a pisar los terrenos de juego. Así será.
La buena noticia es que se salvó de un contratiempo que, cuando aparece, a menudo tiene como consecuencia la muerte. Pero la cara «amarga» de lo acaecido tuvo lugar ayer, cuando los médicos comunicaron al futbolista que no podrá volver a jugar más al fútbol. Una tragedia, teniendo en cuenta que el centrocampista sólo tiene 31 años.
Miguel García, cuando se recupere, tendrá que buscar otro oficio, replantearse su vida y poner fin a una larga trayectoria profesional que empezó en el Cádiz y ha pasado por equipos como el Castellón, la Ponferradina, el filial del Zaragoza y la Unión Deportiva Las Palmas, equipo del que procedía antes de fichar este año por el conjunto salamantino.
Con él, el corazón del fútbol español volvió a sufrir la amenaza de la muerte súbita, aunque Miguel García ha tenido más suerte que alguno de los compañeros fallecidos por el mismo motivo. La rápida intervención de los servicios médicos de la UD Salamanca, Real Betis y Cruz Roja hizo posible que el jugador recuperase la conciencia y que fuese trasladado de inmediato al Hospital Clínico Universitario de Salamanca, donde se le colocó un «stent» en una de las arterias, gracias al cual evoluciona favorablemente.
Según el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC, celebrado en Valencia, el corazón de un deportista es de mayor tamaño que el de la población general, por lo que el volumen cardiaco puede ser casi el doble que el de una persona que no practica ejercicio.
Además, el entrenamiento intenso puede acelerar la manifestación clínica de las cardiacas familiares o hereditarias, principal causa de muerte súbita en deportistas menores de 35 años. Una enfermedad que está condicionada por la práctica deportiva y la edad.
Sin recursos
A pesar de ser un problema importante en el mundo del fútbol, lo cierto es que aún son muchos los que no disponen de los mecanismos ni recursos para implantar controles. Aunque, según los expertos, es más fácil instalar desfibriladores, y dotar de personal especializado, en los campos de fútbol, que realizar chequeos a los jugadores, debido a que las «anomalías» cardiacas, a veces, son imposibles de detectar.
Cinco casos más en sólo tres años
- Antonio Puerta (Sevilla, 23 años). Cayó fulminado, y murió a los tres días.
- Rubén de la Red (Madrid, 25 años). Salvaron su vida pero no ha vuelto a jugar.
- Dani Jarque (Español, 26 años). Murió mientras hablaba por teléfono con su mujer.
- Sergio Sánchez ( Sevilla, 23 años). Se le detectó una enfermedad cardiaca.
- Jordi Pitarque (Reus, 23 años). Murió después de sufrir tres infartos.
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