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Sistach defiende la vida desde su concepción
Celebra una eucaristía por la familia en la basílica proyectada por Gaudí
BARCELONA- La basílica de la Sagrada Familia volvió a acoger ayer una eucaristía dedicada, precisamente, a la familia. Ofrecida por el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, la misa replegó a centenares de fieles para celebrar la vida humana desde su concepción, la unión en matrimonio como máxima expresión de compromiso y la creación de la familia como concreción de ese amor.
«El amor entre los esposos es la participación del amor de Dios», señaló Sistach al comienzo de la homilía. Un amor que lleva consigo «una entrega para siempre y auténtica que exige que sea duradera e irrevocable». Un amor «fiel, indisoluble y fecundo» a imagen del amor de Jesús. Un amor que al celebrarse muestra el camino «a aquellos jóvenes, que sumidos en la cultura postmoderna, consideran casi imposible comprometerse para siempre». Un amor que al concretarse da lugar a la vida humana que «desde su concepción es un regalo de Dios». Un regalo que el mandamiento «‘No matarás' nos obliga a todos a proteger». Los hijos aún no nacidos son «frutos benditos de Dios porque Él les ha otorgado la existencia en el vientre materno».
Y el cardenal, emocionado, agradeció la labor de padres y abuelos, por dar vida y por educar. Ya que, «la mejor herencia que pueden legar a sus hijos es la educación», humanística y cristiana. Porque los padres deben ser consciente de la importancia de su responsabilidad, aunque eso lleve a enfrentarse a los poderes públicos. Sistach recordó entonces las palabras de Benedicto XVI durante la dedicación de la Sagrada Familia hace un año en favor de la vida y contra lo que la coarte.
Agradeció asimismo la visita del Papa y sus gestos con la sociedad catalana, en especial durante su llegada a la obra benéfico social del Nen Déu. La sensibilidad que profesó Benedicto XVI en su estancia en la Ciudad Condal debe servir de inspiración al resto, instó Sistach, para ayudar y ser solidarios con los más necesitados, sean familias que sufren por la crisis, jóvenes que no vislumbran un futuro o personas con algún tipo de discapacidad, entre otros.
La música, la oración, la fe y la majestuosidad de la basílica culminaron una sentida ceremonia.
Por la familia y la vida
Durante la ceremonia, los fieles fueron invitados a rezar por el VII Encuentro Mundial de las Familias que tendrá lugar en la ciudad de Milán entre el 20 de mayo y el 3 de junio de 2012. Además, tras la misa, cada uno de los asistentes fue obsequiado con una felicitación de Navidad que incluía la invitación a la próxima eucaristía por la vida con motivo de la «Misión Metrópolis». La Sagrada Familia acogerá la ceremonia que oficiará Lluís Martínez Sistach el próximo 25 de marzo.
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