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Marlango «sin pudor» se lanza al castellano al falsete y a la felicidad

Marlango, la que será "la banda de Leonor Watling incluso dentro de 50 discos", llega a su quinto trabajo, "Un día extraordinario", en un estado pletórico de felicidad, tan consistente pese a la crisis económica que, liberados de pudores, han dado rienda suelta en sus canciones al falsete y al castellano.

Comentan en broma durante una entrevista con Efe hoy en Madrid que el cambio de idioma, abandonando el inglés de sus discos previos, obedece al intento de que los periodistas no les preguntaran nunca más por qué no cantaban en español.

Más en serio, Watling, el pianista Alejandro Pelayo y el trompetista Óscar Ybarra lo achacan a una evolución natural.

"Hablamos dos idiomas y cuando nos sentábamos a componer, siempre teníamos la ligera opción de que saliera algo en español, pero sin apretar, porque no nos salen las cosas cuando apretamos mucho", explica la cantante.

La letra, dicen, es para ellos el último tramo de una canción, "la guinda del pastel", y la variedad que hasta ahora mejor les cuajaba era la anglosajona.

Gran responsable del cambio fueron las "doce horas"de una larga y "muy reveladora"conversación con cena incluida junto a Fito Páez, con el que colaboraron recientemente.

"Nos quedamos con la copla, nunca mejor dicho, de que también somos esto, unas cuantas cosas que muy pudorosamente hemos estado evitando, como tocar el piano con armonías que se acercan al folclore y al pop español de los años ochenta y noventa", cuenta Pelayo.

"Este disco sería esa chaqueta vaquera con el cuello de borrego que todos hemos tenido y que daba pudor volverse a poner", afirma el pianista, quien ha compuesto junto a Watling las letras de "Un día extraordinario"(Universal Music), que se publica el próximo martes.

La falta de pudor se nota incluso en la forma de cantar de Watling, protagonista además de películas como "Hable con ella", que se ha atrevido con el falsete por primera vez, como en el single "Dame la razón"o en "Bailando sin querer llegar", que cierra el álbum.

"A mí me gusta mucho cantar en graves y medios, porque estoy más cómoda, pero Alejandro me azuza para que suba y, gracias a Fito Páez y el tema 'Pétalo de sal', descubrí el falsete. Ahí sí que creo que descubrimos un mundo", cuenta.

"Además ha cambiado la calidez de su voz", aprecia Óscar Ybarra sobre el timbre de su cantante, quien no se siente más expuesta por cantar en español.

Ella es, a juicio de Pelayo, "lo mejor que tienen", razón por la que, vaticina, incluso "dentro de 50 discos", Marlango seguirá siendo "la banda de Leonor Watling".

Grabado en los estudios Cata de Madrid, nuevamente junto a Suso Sáiz, productor entre otros de Iván Ferreiro y Christina Rosenvinge, "Un día extraordinario"mantiene las reminiscencias jazz de sus predecesores en banjos y contrabajos y cierto influjo de Tom Waits, que les dio vida en origen, aunque volando mucho más ligeros.

Dice el escritor Benjamín Prado sobre este disco que la canción "Lo que sueñas vuela"es un homenaje al poeta Paul Valéry, quien escribió: "Sé leve como el pájaro y no como la pluma".

"Parece que con la que está cayendo, el disco debería llamarse 'R.I.P.' o 'Dios nos coja confesados', pero lo precioso de la metáfora de Benjamín es que hay algo que no te pueden secuestrar, la alegría inherente que tengas tú", opina Watling.

Para ella, "estar alegre no es ser frívolo, no es ser una pluma". "Un pájaro va y viene y no es inconsistente y, en estos días, eso está muy bien".

Sus detractores, que los consideraba unos "pijos lánguidos", siempre les han achacado cierta insustancialidad y comparan su música con las sintonías típicas de los ascensores.

"Hay dos tipos de personas: los que se suben a un escenario y se exponen y los que nunca se han expuesto pero opinan. Para bien y para mal, lo que hacemos es lo que somos y sólo sabemos hacerlo así", afirma Pelayo, que asegura que no se permiten la "autocomplacencia".

"Y a Frank Sinatra lo ponen en los ascensores", remacha Watling.