Primera velocidad por José Antonio Vera

La composición del nuevo gobierno no se sabrá hasta el próximo 21, pero el presidente electo no pierde el tiempo. El traspaso de poderes está casi a punto. Soraya y su equipo han apretado a los de Jáuregui hasta considerar éstos que las peticiones del PP eran excesivas. Los representantes del Gobierno saliente se han llegado a sentir aturdidos por los planteamientos incisivos de los portavoces de Génova, que han querido saberlo todo en materia de contratos, facturas pendientes, licitaciones en curso y compromisos en general. No podía ser de otra manera. Las cuentas han de estar claras para saber si hay que congelar el sueldo de los funcionarios y si se pueden subir algo las pensiones. Y han de ser nítidas para decidir por dónde empieza la política de ajuste que Rajoy le ha prometido a Merkel y que pasa por ahorrar no menos de 20.000 millones el próximo año.

El líder popular sabe que debe contener como sea el desajuste del déficit y el crecimiento de la deuda. En ello le va el cargo, y también volver a situar a España en el puesto que se merece. Un lugar que ocupamos en la era Aznar y que perdimos durante los ocho años de Zapatero, fundamentalmente por la frivolidad de gastar lo que no se debía cuando no se podía.

Ahora no queda tiempo y Rajoy lo sabe. Lo primero es desarrollar el artículo de la Constitución que obliga al equilibrio presupuestario. Lo segundo, nombrar un equipo capaz de gobernar con seriedad de manera diferente. Y lo tercero, levantar el país y lograr para España una plaza fija en la primera velocidad del euro