La Habana

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La Razón
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Leo en «Juventud Rebelde» noticias sobre Eliansito, aquel niño balsero que se convirtió en un fenómeno televisivo mundial. Elián González, en 1999, sobrevivió al naufragio de una embarcación de emigrantes cubanos ilegales, balseros que se arriesgaban a morir en altamar con tal de salir pitando de la Cuba del padrecito comandante Fidel Castro, paraíso revolucionario famoso en el mundo entero por su gran calidad de vida, una perfecta corte celestial marxista en la decadente Tierra, una isla de pureza en el proceloso y corrupto océano de los tiempos, como sabe cualquiera que la haya visitado o viva allí. En Cuba, es fama, los niños se crían mejor que en Noruega, porque el sistema sanitario y el educativo no tienen parangón, superan ampliamente, por ejemplo, a los de Corea del Norte.Pero la madre de Eliansito no se había enterado de todas las ventajas que la vida castrista/castrense cubana le ofrecía así que, armada únicamente con la osadía de su juventud, se hizo a la mar junto a su criatura y murió en el intento. Elián, entonces de seis años, fue rescatado por unos marineros norteamericanos. El crío terminó en Miami, en casa de unos parientes que parecían encantados de tenerlo consigo y que obtuvieron su custodia temporal. «Y en eso llegó Fidel, llegó el comandante y mandó a parar. Se acabó la diversión...» Castro, que aún no se había puesto chándal por entonces, montó un melodrama internacional que concluyó con los agentes de inmigración norteamericanos sacando al niño a punta de pistola de casa de sus tíos.Fidel celebró el regreso y la victoria (siempre) con una misa. Hoy, Eliansito tiene 16 años y tremendo bigotazo. Ha asistido a otra misa en La Habana, abrazado a Raulito Castro, para celebrar que apoya la revolución y milita en el Partido Comunista. (Y quien diga que Eliansito milita en el Partido Comunista porque en Cuba no hay otro miente porque claro que hay otros partidos, lo que ocurre es que están en otros países).La relación del régimen castrista con la Iglesia es primorosa. En Cuba, como en España, caló aquella bobada de que Jesucristo fue «el primer comunista». Verbigracia, Izquierda Unida, se formó, si no recuerdo mal, con algunos cristianos de base. En Cuba, la cáfila de «revolucionarios» que asisten a las misas de los Castro es incontable. Con tantas oraciones, Dios debe ser ya marxista-leninista. (PD: ¡Fariñas, resiste, no te mueras!)