Cataluña

Un voto para unir España

Rajoy desacredita al líder de CiU por gobernar «sin los pies en el suelo». Le acusa de «embarcar a los ciudadanos en un viaje incierto» 

Rajoy y Sánchez- Camacho, ayer en un mitin, junto a la candidata del PP en Lérida, Dolors López
Rajoy y Sánchez- Camacho, ayer en un mitin, junto a la candidata del PP en Lérida, Dolors Lópezlarazon

LÉRIDA- Tanto llegó a viajar Mariano Rajoy a Cataluña durante la campaña de 2010 que en su casa le apodaron «el catalán». Entonces, el objetivo era recortar la diferencia con el PSC –que era de 18 diputados– para poder llegar a La Moncloa. Superado el reto y ya como presidente del Gobierno, Rajoy vuelve ahora a Cataluña con otro propósito: frenar la mayoría absoluta de CiU. ¿Cómo? Desacreditando a Artur Mas como gobernante; desmontando la «Arcadia feliz» de su Cataluña independiente, en la que los catalanes, incluso, tendrían cinco años más de esperanza de vida, y ofreciendo diálogo y sensatez al «desaguisado» que ha organizado CiU por «interés partidista».

El presidente del Gobierno se dejará ver en Cataluña bastante más que en las elecciones vascas y gallegas. Ayer estuvo en Lérida, hoy estará en Tarragona, el próximo domingo en Gerona y el día 23 cerrará la campaña en Barcelona. Suficientes visitas como para que su familia recupere el sobrenombre de «el catalán» para un Rajoy que ayer atrajo a medio millar de seguidores en Lérida.

En la era del twitter y el instagram, los simpatizantes recibieron al presidente del Gobierno, en la LLotja de Lérida, disparando fotos con sus teléfonos móviles.

El desembarco de Rajoy fue imponente. Llegó acompañado por el «ministro catalán», Jorge Fernández, y el vicesecretario de organización, Carlos Floriano. Y con una intención clara: evitar la mayoría absoluta de CiU para frenar el pulso democrático que Artur Mas le echará tras el 25-N en favor del derecho a decidir.

Manual del buen gobernante
Empezó por desacreditar a Mas como gobernante, reprochándole un avance electoral, además de «inoportuno» y «partidista», pensado para tapar una «pésima» gestión. Rajoy leyó a Mas el manual del buen gobernante. «Los gobernantes están para resolver problemas, aguantar dificultades y tomar decisiones difíciles», tres normas que, según el presidente del Gobierno, Mas se ha saltado a la torera, porque no sólo «ha huido de sus responsabilidades», sino que «ha endosado a los ciudadanos un lío mayor –decidir entre España y Cataluña–, embarcando a los ciudadanos a un viaje con destino incierto».
Rajoy se erigió como un dirigente sensato, que quiere aportar serenidad y diálogo para solventar el guirigay que ha organizado el «irresponsable» de Mas. Como presidente del Gobierno, sabe que gobernar en tiempos de crisis no es fácil. «A todos nos gustaría gobernar en tiempos de bonanza, cuando se pueden inaugurar carreteras y teatros», admitió, pero un buen gobernante ha de saber enfrentarse a dificultades. Como muestra, tras conocerse ayer la trágica muerte de una mujer que se suicidó acosada por un desahucio, Rajoy hizo un inciso para avanzar que el Gobierno negociará el lunes con la oposición medidas para poner fin a este drama.

 Dicho lo dicho, invitó al candidato de CiU a mirar a los ojos a los ciudadanos y decirles la verdad, que una Cataluña independiente quedará fuera de la Unión Europea, que no se situaría entre las primeras veinte potencias mundiales ni reduciría el paro a niveles europeos.
Lo único en lo que coinciden Mas y Rajoy es en la relevancia de estas elecciones. El presidente del Gobierno avisó a los catalanes de que el día 25 de noviembre «nos jugamos mucho». «No se vota para darle un gusto al cuerpo, el voto hay que pensarlo más que nunca», subrayó.

Consciente de que con un 40 por ciento de catalanes indecisos todavía, la campaña ha arrancado con mucho por decidir, apeló a los sentimientos. Lanzó un guiño a «la gran mayoría que se siente española y catalana». «Sé cómo os sentís, porque yo me siente tan gallego como español», alegó, tras reivindicar que hay más cosas que unen a Cataluña y España que no que separen.

Rajoy puso todos sus efectivos a disposición de Alicia Sánchez-Camacho para evitar la mayoría absoluta de CiU. La candidata del PP a la Generalitat y la candidata por la provincia de Lérida, Dolors López, compartieron con Rajoy el mismo discurso: demostrar que la independencia traería consecuencias trágicas a Cataluña.

Una vez más, Sánchez-Camacho antepuso el derecho a saber la verdad de las consecuencias de la independencia al derecho a decidir.