Literatura

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María Dueñas: «Según está el patio ni loca me veo apoyando causas políticas»

«Que continúe la saga de Sira», es el grito lector de las 300.000 almas que ya se han acercado hasta este «Tiempo entre costuras» que, sorpresivamente, está en el número uno de los libros más vendidos, por obra y gracia del boca a boca. Ni los novelistas consolidados logran estas cifras.

María Dueñas: «Según está el patio ni loca me veo apoyando causas políticas»
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Hombres, mujeres, adolescentes, amas de casa, críticos, catedráticos y políticos aseguran haberse sentido atrapados entre las 640 páginas de este cóctel literario que aúna aventura, espionaje, «glamour», moda, aristocracia y pasiones. La autora aún no se lo cree, pero tampoco ha alterado su cotidianeidad, sus clases en la universidad ni su vida familiar.-Lo suyo ha sido llegar y besar el santo... ¿Cuántas ediciones dice que lleva vendidas?-De momento, veintidós.¡Mire, como la coletilla aquella del programa de Chicho!-Se pagará unas cañas cuando le lleguen los derechos de autor, supongo...-Las que hagan falta, hasta que nos cierren el bar.-Su primera novela está representada por Antonia Kerrigan, se publica en el sello Planeta y se atreve a vender más que Pérez-Reverte... Habrá quien intente que parezca un accidente...-Qué va, qué va... Lo mío ha sido una llegada imprevista y un tanto aparatosa, pero aquí hay sitio para todos.-¿No le da la sensación de que el éxito de su novela es como el gol de Puyol, más ilusionante para el público, por inesperado...? Además, tenemos la sensación de que es más nuestro, porque sólo los lectores le hemos avalado.-Esa es mi gran satisfacción, alcanzar el éxito gracias al entusiasmo de los lectores. Y tiene razón: es muy, muy ilusionante.-El final abierto, ¿es con el objeto de hacer trabajar a sus lectores o para escribir una secuela?-Sólo quería hacer a los lectores cómplices del destino de los personajes. La secuela no entraba en mis planes. Y sigue sin entrar.-Beigbeder y su amante inglesa, Rosalinda Fox, ¿no tenían una novela en sí mismos? -Tenían en sus propias vidas un auténtico novelón; un culebrón, casi.-¿O acaso ficción + realidad = doble ficción?-Quizá aparentemente. Pero la realidad que yo narro es cien por cien veraz y rigurosa.-¿Qué fue primero: encontrar una historia, y que ésta le remitiera a Tetuán o buscaba una historia vinculada al antiguo protectorado y, en medio, apareció Sira?-Primero elegí el trasfondo del protectorado. Después tiré del hilo histórico y salieron Beigbeder y Rosalinda Fox. Y para que alguien nos contara qué pasó con ellos, nació Sira Quiroga. -¿Sigue con la universidad, la casa, los hijos, Mercadona...?, ¿o ya tiene una interna, una secretaria y un chófer?-En la universidad voy a hacer una pausa, Mercadona lo tengo bastante abandonado últimamente, y los hijos, bien, gracias. La interna no me motiva, pero lo de la secretaria y el chófer suena tentador.-Y eso que yo la veo a usted una mujer muy práctica, con pocos antojos...-No tengo más remedio que esforzarme por ser práctica y resolutiva; me falta tiempo para perderlo con tonterías. -Lealtad es una palabra clave de «El tiempo entre costuras». ¿Andamos un poco escasos de ella en estos días...?-Andamos escasitos, sí. Y es una lástima.-¿Se siente usted una «busquera» de historias (como le habría gustado a Cervantes, que era hombre de patear calle)?-Soy de imaginación fértil, a menudo las historias me llegan sin que yo tenga que esforzarme demasiado en buscarlas. -¿El escritor escribe para saber y no porque sepa?-La escritura conlleva un aprendizaje permanente. Y, para mí, eso es apasionante. -¿Es conveniente que un novelista disimule su nivel de erudición? (Por no abrumar al lector susceptible, que luego vienen los recelos...)-Más nos vale. Las dosis excesivas de erudición lastran el pulso narrativo y suelen resultar infumables para el lector. -Hablando de amor, ¿no hay amor más profundo, más incondicional, que el amor defraudado?-Ni hablar. Cualquier cosa que nos defraude hay que quitársela de encima lo antes posible, no interesa para nada. -¿Es usted más de tango, boleros, rock o house?-De tango y bolero, por supuesto. La duda ofende...-¿Villa o Iniesta?-No tengo ni idea, pero me soplan que son excelentes y complementarios.-¿Rinconete o Cortadillo?-Ambos dos. A todo lo que venga del ingenio cervantino, amén.-Muchos encuentran a sus amantes fundamentales en el psicoanálisis, el marxismo... ¿Cuáles han sido los suyos?-Quite, quite... Me interesan muy poco los dogmas, yo voy a mi bola.-No pocos escritores –aunque no le guste esta palabra– se posicionan en causas políticas. ¿Se ve usted significándose? -Según está el patio, ni loca.-Ande, déme un titular...-Que no, que no...-¿Al pie de qué reivindicación podríamos encontrarnos una firma suya?-Mayor gasto público en educación e investigación. Vengo del mundo académico y eso me toca de cerca. -Tiene usted pinta de ser un poco antitaurina. ¿Me equivoco mucho?-Se equivoca bastante. Sin ser una gran aficionada, aprecio los toros como espectáculo y también como una tradición cultural.-Cuénteme a qué dedica el poco tiempo libre que tiene. Sorpréndame y dígame que le apasiona el boxeo, ver pelis de terror o hacer trucos de magia.-Lo siento, pero no puedo sorprenderla con nada arrebatador. Adoro el «dolce far niente», levantarme sin prisa, desayunar al sol en la terraza, una larga tarde de sofá…-Tiene miedo de que la gente sepa que usted...-Que me tomo algunas cosas serias muy poco en serio. -Confiese alguna frivolidad reciente que llevarme a la pluma...-Acabo de zamparme en una sentada medio litro de helado de dulce de leche mientras leía el «Hola».-Se dice que han visto a Zapatero con su libro bajo el brazo. ¿Le emociona, le deja indiferente, le epata...?-¿Ah, sí? Me parece estupendo, me encanta ganar lectores. -Por pura vanidad: ¿a quién le gustaría ver leyendo su obra?-A tantos lectores extranjeros como los que ya tengo en España. Estamos a punto de arrancar con las traducciones y las ediciones en América Latina.-¿Qué hacemos con Cuba y los Castro?-Dejarles que caigan, ya les queda menos.-¿Por qué hay tanta simbiosis entre política y corrupción?-Quizá porque el poder hace a algunos creer que están por encima del bien y del mal. Y al final del día, resulta que todos somos unos pobres diablos.-Si quiere añadir un titular, soy toda oídos...-Le voy a dar uno: no se pierdan un gran libro para este verano: «El tiempo entre costuras». Como ve, no doy puntada sin hilo.La sencillez, un traje hecho a su medida«Una máquina de escribir reventó mi destino».... Seiscientas páginas después de esta primera frase, nadie sale indemne de este «tiempo entre costuras»... Pero hay que conocer a la autora para entender dónde radica el poder de su verbo. Si su novela es magnética, ella lo es más. Transparente, espontánea, coqueta, desdramatizadora... Con una inoxidable resistencia a las bobadas y poca afición a ese deporte interior llamado autocomplacencia. La naturalidad de María es una suerte de chispa de calcio, que cotiza al alza y el interés de sus acciones emprende rumbo creciente a medida que transcurre la tarde entre posados, hilos, bieses, mangas de farol... Y muchas risas.