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El «Clegg español»

O'Curneen lidera en España el Partido Demócrata Liberal. Astrofísico y periodista, intenta ser una alternativa al «férreo bipartidismo»

La Razón
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MADRID- La aparición de Nick Clegg, líder del Partido Liberal inglés, en la contienda electoral británica ha insuflado de optimismo a los liberales españoles. Su imagen joven, decidida, valiente en sus planteamientos frente a Europa, además de aportar aire fresco a las elecciones británicas, ha conseguido romper el férreo bipartidismo. En España también existen bajo las siglas del CDL (Centro Demócrata Liberal) e intentan sobresalir en la maraña de siglas en la que se encuentran los pequeños partidos.

Los liberales, a pesar de que tienen en Europa una vieja tradición política y de su presencia en Alemania, donde gobiernan en coalición con Angela Merkel, Finlandia o Dinamarca son un partido joven en España. Fundado en 2006, el CDL recoge el testigo del liberalismo que dejó huérfano el Centro Democrático Social (CDS) del ex presidente Adolfo Suárez.

 

Los demócrata liberales hicieron su primera presentación pública en las elecciones locales de 2007 y lograron medio centenar de concejales y tres alcaldes en pequeños municipios de España. El partido se financia con la cuota anual de sus afiliados. «Hacemos grandes sacrificios e incluso cada candidato pagó de su bolsillo su campaña», relata Alfonso Reina, secretario general del partido.

El «Clegg» español, Sean O´Curneen, de acuerdo a su condición liberal no acepta los «personalismos» y repite con insistencia que su «cometido no es ser candidato de nada» sino «crear las condiciones para instaurar en España un movimiento liberal».

O´Curneen, de madre española y padre irlandés, nació en EE UU. Estudió astrofísica porque de niño quería conocer el funcionamiento del universo y buscar respuesta al «por qué estamos aquí». Nunca ejerció. «Me interesaba más la sociedad y me hice periodista». Trabajó en París, en la BBC y en el equipo de prensa del candidato a la alcaldía de Londres Ken Livingstone, antes de su elección. Fue entonces cuando tras afiliarse a los liberales británicos dejó la información por la política. Ahora ocupa un puesto en Bruselas como representante liberal en el Comité de las Regiones. «Nunca me planteé formar parte de los grandes partidos, mis ideales son muy claros», asegura.

El día de los comicios británicos el presidente del CDL recorrió, desde las 6:30 de la mañana, casa por casa, las circunscripciones de Sutton, Cheam, Bermondsey y Southwark para ayudar a su «sister party» (formación hermana) y animar a los británicos a ir a votar, una tradición inglesa que echa de menos en nuestro sistema electoral. Recurre con frecuencia al estilo inglés y sigue los consejos que le ha dado Clegg. «Nos ha recomendado que nos centremos en los cimientos. Lo importante es estar en la calle, a nivel local, que nos conozca la gente».

 

Sean O´Curneen se muestra crítico con los principales partidos: PP y PSOE. «Hablan siempre del pasado, nunca de futuro y están inmersos en una dinámica en la que sólo quieren lograr el poder o permanecer en él». No se aventura en pronósticos electorales ni se posiciona entre Zapatero y Rajoy. Si lograra ser partido bisagra, «apoyaríamos propuestas concretas, no a un partido».

Un proyecto a pie de calle

El CDL defiende a la persona como «lo más importante». Apuestan por una economía de mercado transparente «donde los ciudadanos puedan conocer las cuentas de sus representantes», el respeto a los derechos civiles, la desaparición de la partitocracia que, se quejan, reina en España en la que «se premia la lealtad, pero no el talento» o la libertad sexual de las personas. Ve carencias en la ciencia, en la educación...

 

Su presidente lamenta que los principales partidos no sean capaces de llegar a pactos de Estado. «No les interesa». Tras vivir los atentados de Madrid, Londres y Nueva York cree que habría que estudiar –como propuso Blair– y atajar los motivos que mueven a los jóvenes a integrarse en grupos de terrorismo.