Estreno

Tema recurrente

La Razón
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Es un tema reiterativo y, hasta si me apuran, recurrente. Otra vez el punto G. Nunca nada había sido tan discutido en cada punto y en cada coma, y nunca mejor dicho. Ha aparecido, en esta ocasión, otro descubridor del prodigioso punto, el profesor Adam Ostrezenski, a la sazón médico forense, que en el desarrollo de una autopsia, no se lo pierdan, halló la estructura anatómica de la zona más erógena en una mujer, el área del placer supremo e inigualable, el que proporciona orgasmos múltiples e infinitos… y, miren por dónde, lo descubre en un cadáver. De acuerdo al profesor Ostrezenski, el punto G es «una estructura sonrosada en forma de uva situada en la parte posterior de la pared de la membrana perineal que, en forma de triángulo, llena el espacio entre los brazos del arco púbico. El ‘‘punto'' tiene tres regiones diferenciadas situado entre varias capas de la pared vaginal». Otros científicos de la Universidad de Rutgers, en New Jersey, afirman: «Opinamos que el llamado descubrimiento de Punto G de la mujer no comporta el más fundamental criterio científico». El aspecto más criticado del descubrimiento radica en que «el estudio no explica el tipo de tejido que se ha diseccionado, lo que es un procedimiento normal. Cualquier microscopio puede determinar si el tejido es glandular, eréctil, vasosanguíneo o de otro tipo de naturaleza». Yo, desde un punto de vista más profano pero femenino, y con toda modestia opino: 1º, ¿por qué no se hace una investigación definitiva sobre un ser vivo? 2º, ¿por qué no lo hace una mujer, que sabe bien por dónde van los tiros?