Sevilla
PSOE a la deriva por Iñaki Zaragüeta
A perro flaco, todo son pulgas. La Federación más importante del socialismo español, la andaluza, ha estallado y, además, en la provincia emblemática, Sevilla. La dimisión de su secretario, José Antonio Viera, evidencia que el PSOE hace agua, que los resultados más bajos de su historia, los de Rubalcaba, estaban justificados, que el Congreso Federal del 4-5 de febrero no restañó las heridas, que se cerró en falso. La contienda con Carme Chacón terminó con la victoria del primero, pero no le otorgó el liderazgo. A los hechos me remito. Lo protagonizado por Viera demuestra lo surrealista del nombramiento de José Antonio Griñán como presidente del partido. Por más que se haya pretendido justificar en que necesitaba un título para presentarse con dignidad a las autonómicas del 25 de marzo, nadie lo ha entendido. Mucho menos los suyos. «Presiones», «injerencias», «oscurantismo» son las acusaciones formuladas por el dimisionario. Aunque las imputaciones sean lo de menos –el despedido siempre se va denunciando–, el conflicto interno es la peor tarjeta de visita que puede exhibirse ante los electores para que éstos otorguen la confianza. Y en esas está el PSOE andaluz. La previsión de derrota en las encuestas podría convertirse en hecatombe. No olvidemos que a esta conflictividad interna se añaden los escándalos de corrupción, que han depredado las arcas públicas en una exhibición de sinvergonzonería. Los clásicos decían que «en un espíritu corrompido no cabe el honor». ¡Ojo!, al suceso de Sevilla se juntó el de Cádiz, en donde Griñán recibió otro duro golpe al ser repudiados sus protegidos. Lo dicho, una vez se ha comenzado a rodar, la cuesta abajo es el peor compañero. Así es la vida.
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