Estados Unidos

Giro a peor en España

La Razón
La RazónLa Razón

Durante este verano numerosos datos económicos de alta frecuencia en Estados Unidos han mostrado cómo la recuperación económica pierde gas y aumentan las probabilidades de una nueva recesión. Especial preocupación causó el dato de venta de casas, que en julio descendió un 28% respecto al año anterior.
Este descenso es consecuencia de la expiración de los incentivos fiscales para la compra de viviendas, y es similar a lo sucedido en España con la venta de automóviles, que se desplomaron una vez entró en vigor la subida del IVA. Como en Estados Unidos, el Gobierno español se está mostrando experto en manipular la demanda de un periodo a otro, pero inepto a la hora de generar crecimiento sostenible imprescindible para evitar caer en un escenario de deflación.
Nunca he creído probable que las economías occidentales caigan en una espiral deflacionista similar a la que asola Japón desde hace casi 30 años; sin embargo, los mercados empiezan a decir lo contrario.
Las expectativas de inflación son nulas, como indica que la rentabilidad del bono americano a 10 años haya caído al 2,4%, las bolsas languidecen y los precios de algunas de las materias primas industriales descienden con fuerza. El Gobierno, como tantos otros asustados ante posibles crisis de solvencia, centra sus medidas en recortes de gasto, necesarias pero inútiles si no vienen acompañadas de profundas reformas que mejoren la competitividad y fomenten la inversión productiva. Sin crecimiento no se puede salir de una crisis fiscal, ni se puede crear empleo ni se puede generar prosperidad.
Esperemos que, cuando esta semana el presidente Zapatero hablaba de similitudes entre la economía japonesa y la española, se tratase de una desafortunada comparación y no de una trágica predicción. A ellos ya les ha costado una generación.