Dieciséis países de la UE recelan de la negociación con Mercosur

Seis años después de que se bloquearan las negociaciones, Zapatero anunció ayer que la UE y los países del Mercosur (Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina) volverán a sentarse en la mesa para negociar un acuerdo comercial que sea «ventajoso y equilibrado» para ambas partes. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, añadió que la nueva ronda de diálogo se celebrará el próximo mes de julio.Según Zapatero, si se formalizara este acuerdo, Paraguay experimentaría un crecimiento de su PIB del 10%, Uruguay del 2,5%, Brasil del 1%, Argentina del 0,5% y la UE del 0,1%. Con ello, coligió, «todos ganamos, pero en especial aquellos países donde más importante es el desarrollo». Mientras, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, aseguró que un acuerdo «permitirá crear una de las mayores zonas de libre comercio del mundo, con magníficas oportunidades».La primera jornada de la cumbre UE-América Latina y Caribe, que termina mañana, se saldó pues con uno de los anuncios más esperados por el Ejecutivo español para salvar el último tramo de su maltrecha Presidencia europea. El hipotético acuerdo con Mercosur supondría para los Veintisiete el acceso a un mercado de 260 millones de habitantes y un beneficio anual de 4.000 millones de euros en intercambios.En Bruselas recibieron la noticia con estupor. Una mayoría de países comunitarios mostró durante el Consejo de ministros de Agricultura su preocupación por el reinicio de las negociaciones. Un total de 16 ministros de la UE expresaron su temor por un pacto que perjudique al sector agrícola y ganadero europeo.Los principales países que se oponen al entusiasmo español por negociar con Mercosur son Francia, Irlanda y Rumanía. Francia encabeza el grupo de países contrarios a la reapertura de las negociaciones. Su principal razón radica en la inclusión de los productos agrícolas dentro del acuerdo de libre-intercambio entre ambas organizaciones, lo que a ojos del Gobierno francés supondría un evidente perjuicio para la agricultura francesa y europea. Un coste que algunas federaciones profesionales han evaluado en 5.000 millones de euros en el ya castigado sector ganadero europeo, que apenas podrían soportar, estiman y que «vería esfumarse sus posibilidades de recuperación» en caso de un acuerdo. Para Francia hay un límite infranqueable. Son las concesiones agrícolas que la UE hizo en julio de 2008 «para llegar a un acuerdo multilateral global, equilibrado y recíproco en el marco de Doha», señala el ministerio de Agricultura, convencido de que a quien más benefician son a los países de Mercosur. Ir más allá, asegura, «amenazaría los fundamentos mismos de la PAC».