Relaciones laborales
Policías
Son servidores públicos, pero no ganan 300.00 euros; apenas llegan a los 30.000. Son servidores públicos, pero no controlan el espacio aéreo, sino el espacio terrenal donde tantas convulsiones se producen. No vigilan los caminos del aire, pero sí rondan las calles para darles seguridad. No son un clan de privilegiados, sino un colectivo de funcionarios de los de fichar a la entrada y a la salida del trabajo. Son, simplemente, policías, municipales o nacionales, que no dejan de serlo cuando están fuera de servicio, y ellos, sin bombo ni platillo, sin alharacas ni presiones chantajistas, son capaces de convertirse en héroes anónimos de bajo coste.
Dos policías ha sido noticia modesta, pero de grandes proporciones humanas, en los últimos días. El primero de ellos, policía nacional fuera de servicio, se lanzó a las vías del metro madrileño para evitar que un hombre que se había precipitado a las mismas, fuera arrollado por un convoy.
Por unas décimas de segundo pudo salvar su vida y la del prójimo: «Corrí desde el fondo del andén, me quité la cazadora y salté. Vi venir de frente al tren y le arrastré justo a tiempo».
El otro, policía municipal del Ayuntamiento de Madrid fuera de servicio, que tras presenciar un accidente múltiple de tráfico en la M-40, se lanzó al rescate de las personas atrapadas. Sacó a una niña y a dos mujeres, una de ellas en avanzado estado de gestación y que pudo salvar a la criatura que llevaba dentro.
Dos hombres y un destino: salvar vidas. Ellos no son servidores públicos cuyo estrés se paga a precio de oro. A ellos también les estresa el trabajo de la calle, pero les preocupa más cómo sobrevivir con bajos sueldos y hacer horas extras para ser héroes.
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