Bruselas

Los liberados se sublevan

La Razón
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Ahora sabemos el por qué de toda esta marabunta que se ha montado a propósito de la Ley de Medidas Extraordinarias, aprobada por el Gobierno Valcárcel para salvar el culo de Zapatero ante Bruselas. Para empezar, ya es vox populi que el acoso y derribo llevado a cabo en la Región de Murcia responde a los intereses del Gobierno central y del PSOE por atribuir a las comunidades gobernadas por el PP el peso de la crisis. Hay algunos socialistas que han llegado a comentar estos días en Murcia que no les preocupa para nada la situación económica, ya que, llegado el momento, serán capaces de endosarle el muerto al PP, y eso es lo que se está haciendo ahora con el Gobierno Valcárcel. Pero no es solo esto, ya que las agresiones, insultos, lanzamiento de huevos y vejaciones a la hija del presidente buscan crispar la vida política regional con el fin de pescar en ese río revuelto de un descontento general que los sindicatos están preparados a extender. Se apunta al mismísimo Rubalcaba como el ideólogo de esta campaña política para erosionar las comunidades autónomas gobernadas por el PP. De ahí, que sean altos dirigentes del PSOE, directores generales, diputados y hasta la mismísima candidata a las próximas elecciones autonómicas, los que se hayan dejado ver estos días entre los manifestantes más violentos. Hay pruebas gráficas que dan fe de ello. También hay líneas de investigación abiertas que apuntan a quienes estarían moviendo los hilos en toda esta radicalidad consentida desde la Delegación del Gobierno. Cuatro manifestaciones y dos más previstas para los próximos días confirman que el PSRM-PSOE estaría aprovechando la situación para laminar tanto la paciencia como la imagen de Valcárcel, y que por eso se habría llegado hasta el extremo de insultar, increpar, escupir y lanzar huevos a su propia hija. Valcárcel no está por la labor de aflojar cuando los sindicatos han cruzado la línea roja, especialmente desde un Gobierno como el de Murcia que lleva 13 años pactando con las centrales todo tipo de acuerdos. El detonante ha sido el anuncio de que el Gobierno de Murcia pretende reducir a la mitad los liberados sindicales. El día siguiente a esa noticia su casa era acorralada y el PSOE se instalaba en la radicalidad.