Cataluña
Fernández y Trias reprochan a Hereu su incapacidad para liderar Barcelona
El festival pirotécnico que puso fin a las celebraciones de ayer en el Camp Nou pareció trasladarse por instantes a los estudios de Televisió de Catalunya, donde los cinco candidatos a la Alcaldía de Barcelona se prestaron, al fin, a un encendido debate. Sin concesiones.
El moderador, el sempiterno Josep Cuní, pidió a los alcaldables que se soltaran, que animaran al electorado para que no caiga en la pasividad y todos ellos recogieron el guante para dar lugar a una apasionada pugna por demostrar quién es el que mejor puede liderar la ciudad de Barcelona.
Una ciudad en crisis
El duelo se inició con una agria disputa sobre la crisis económica. El candidato del PP, Alberto Fernández, echó en cara al gobierno de Jordi Hereu su incapacidad para evitar que Barcelona haya acumulado 110.000 parados. Insistió, a continuación, en que es imprescindible que el Ayuntamiento de Barcelona se convierta en una administración más ligera. En este punto coincidió con el candidato de CiU, Xavier Trias, que también abogó por simplificar la burocracia y dar un empujón a las infraestructuras. Hereu, por su parte, se defendió poniendo el acento en la capacidad inversora que ha demostrado el gobierno municipal. Y el escudero del alcalde, Ricard Gomà (ICV) hizo bandera del pacto por la ocupación que se ha firmado este mandato.
El debate prosiguió con continuas interrupciones porque pronto se vio que el Ayuntamiento es una administración que debe plantar cara a otros gobiernos como el de Cataluña y el de España. Trias, muy interesado en convertir el duelo en un cara a cara con Hereu, giró sus talones para ponerse de costado ante las cámaras y desafiar al alcalde, quien, por su parte, no quiso dejar ningún ataque sin respuesta. El candidato del PSC acusó a Trias de querer ser un alcalde con funciones de delegado de la Generalitat, y su rival de CiU, con cintura, le replicó: «Y usted del Gobierno de España».
Llegó luego el turno de debatir sobre la seguridad, quizá el momento más delicado para Hereu porque Fernández le censuró por sus complejos. «Yo quiero garantizar la seguridad en Barcelona con más policía y con nuevas leyes, endureciendo el código penal y haciendo una mejor justicia para que los delincuentes no entren por una puerta y salgan por la otra», propuso el alcaldable del PP, que no olvidó recordar que el índice de victimización (por delincuencia) se ha multiplicado hasta llegar al 25 por ciento.
Trias también se mostró muy crítico con la falta de liderazgo del alcalde – «presidente de la Junta de Seguridad», recordó– para dirigir a la Guardia Urbana. El alcaldable de CiU aprovechó para decir ante las cámaras que quiere 1.000 nuevos mossos en la ciudad y 400 guardias urbanos más. Fernández se mostró en sintonía con esta demanda. La pugna entre los cinco candidatos continuó con el intercambio de ataques entre todos los aspirantes. Fernández quiso sonrojar al alcalde con la millonaria partida (87 millones) que destina al «autobombo» y el alcalde se defendió diciendo que eso son «tonterías». Hereu sabía que su rival del PP iba a ser el más crítico con su gestión y llevó preparadas unas contramedidas en forma del modelo de ciudad de Madrid –gobernada por los populares–, a su juicio, peor que Barcelona.
El debate encarriló su recta final con la clásica apelación al voto, momento que Hereu utilizó para exhibir una foto de Trias y Aznar saludándose. Así, el socialista quiso usar, una vez más, el viejo truco del espantajo del PP. Un recurso algo desgastado.
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