Comunidad de Madrid
Cae una banda de «murciglerosK que robaba en casas habitadas de Madrid
La Guardia Civil ha detenido a cinco personas que integraban una banda de "murcigleros", especializados en robar viviendas con sus habitantes dentro, y a otra que actuaba como receptador de las joyas que sustraían en domicilios de la sierra de Madrid.
Según han informado la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y agentes de la Guardia Civil que han intervenido en la denominada operación "Aladina", esta organización actuaba en toda la sierra madrileña, desde Navacerrada, pasando por Cercedilla o Guadarrama, hasta abarcar también la confluencia de poblaciones situadas al margen de la A-6 (autovía de La Coruña).
Los cinco detenidos conformaban la conocida como "Banda de Omar", que se consideraba una de las más activas en la Comunidad de Madrid en este tipo de delitos.
A los arrestados, de origen magrebí y de entre 20 y 25 años, se les imputan con seguridad una veintena de robos con fuerza, aunque se cree que son autores de un centenar y la Guardia Civil trabaja para confirmarlo.
Se tuvo conocimiento de los robos el pasado febrero, aunque se han encontrado objetos sustraídos en 2007, según ha detallado el comandante Javier Rogero, jefe de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid.
Los arrestados reconocían por el día la zona en la que iban a actuar y para ello habían impreso unos panfletos en los que se presentaban como expertos en reformas, llamando a las viviendas y comprobando si estaban habitadas o no.
Elegían viviendas de fácil acceso -de tipo unifamiliar, bajos o primeros pisos- y entraban en ellas escalando hasta las ventanas o puertas correderas de fácil apertura, que abrían mediante el método del resbalón.
Aprovechaban que en verano muchos vecinos dejan las ventanas y las puertas de los balcones abiertas por el calor y sustraían joyas o gemas preciosas y pequeños aparatos electrónicos.
Después, contaban con la colaboración del regente de un local de compraventa de oro de Madrid capital, al que llevaban los objetos sustraídos.
Este hombre tenía en su vivienda, ubicada junto a la tienda, un taller de fundición clandestino en el que, de forma casi inmediata y sin ninguna medida de seguridad, se fundían las joyas robadas.
A los arrestados se les ha incautado, además de joyas y equipos electrónicos, 2,5 kilos de oro.
Solían robar de lunes a viernes, casi todos los días, mientras que descansaban el fin de semana, y en algunas ocasiones cometieron cuatro robos en una misma noche.
No se tiene constancia de que hayan sido violentos en ninguno de los robos investigados, ya que si eran descubiertos por los moradores de las viviendas huían, pero dos de los cinco arrestados habían cumplido condena en prisión por robos con violencia e intimidación, ha precisado Rogero.
Otro de los detenidos también había estado en prisión anteriormente, y estos tres hombres son los que han ingresado en prisión ahora, mientras que los otros dos arrestados han quedado en libertad.
El comandante ha detallado que los investigadores creen que en los robos investigados no utilizaban la violencia "no por su bondad o su buena personalidad", sino porque tres de ellos ya habían estado en prisión y sabían que un robo con violencia implica más prisión que un robo con fuerza.
Trabajaban de forma "no muy sofisticada", eligiendo viviendas sin muchas medidas de seguridad y con fácil acceso a través de ventanas o puertas.
No llevaban una vida muy ostentosa, aunque sí compraban ropa de marca cuando conseguían un buen botín y solían gastar mucho dinero en casas de juego, según ha precisado el comandante Javier Rogero, jefe de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid.
Para perpetrar los robos los delincuentes utilizaban coches robados durante varias semanas, aunque en ocasiones empleaban sus propios vehículos.
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