Alicante

«De Mingo puede disfrutar de su familia nosotros no»

Las víctimas de la doctora que acuchilló mortalmente a tres personas e hirió a otras cinco en 2003 «no entienden» que la Justicia le permita una «salida terapéutica» de treinta díasVea el gráfico adjunto que recuerda el recorrido sangriento de Noelia de Mingo

Noelia de Mingo, escoltada, a la entrada de la celebración del juicio en 2006
Noelia de Mingo, escoltada, a la entrada de la celebración del juicio en 2006larazon

MADRID- Alrededor de las 14.20 horas del 3 de abril de 2003, en un céntrico hospital madrileño, una doctora residente de tercer año sacó del bolsillo de su bata un cuchillo de cocina, de unos 15 centímetros de hoja. Atacó a todos los que se interponían en su camino: enfermeras, celadores, pacientes y familiares. Asesinó a tres : la doctora Leiilah el Ouaamari, de 27 años; el marido de una paciente, Félix Vallés, de 76; y Jacinta Gómez, otra enferma de 72. También hirió de gravedad a otras cinco personas. Su asesina, Noelia de Mingo, oía voces en su cabeza. De acuerdo con la sentencia que la Audiencia de Madrid dictó en 2006, sufre esquizofrenia paranoide, «con delirios de persecución y alucinaciones», y por eso la condenaron a 25 años de reclusión en un centro para enfermos mentales. Desde entonces, permanece en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Fontcalent, en Alicante.

Tanto los heridos, como los familiares de los fallecidos recibieron la noticia con gran satisfacción. Carmen Flores, portavoz de la asociación Defensor del Paciente, fue una de sus grandes impulsoras y también celebró la noticia. Sin embargo, ayer se mostró «muy decepcionada» con la última decisión del centro psiquiátrico en el que tratan a De Mingo.La enferma podrá abandonar el centro en el que está ingresada 30 días por motivos terapéuticos. «Así nos lo ha manifestado la Audiencia de Madrid, que nos ha informado que como medida de reinserción se ha aprobado que salga durante un mes», explica Carlos Sardinero, abogado de los familiares de las víctimas. «No comprendemos la medida porque se contradice con la orden del juez de Vigilancia Penitenciaria de Alicante que propone el mantenimiento de la medida de internamiento», explica Flores.

En realidad, la decisión del grupo médico que controla a De Mingo no es nueva. Como se ha enterado posteriormente Sardinero, la mujer que hoy tiene 40 años, ya ha realizado dos salidas previas. Una durante las fiestas de Navidad del año pasado y otra en marzo de 2012, en Semana Santa. «No comprendemos cómo dejan en manos de la familia el control de Noelia si en 2003 no fueron capaces de evitar la tragedia. Los familiares no tienen la suficiente preparación para atenderla», insiste el letrado.

Buscan la reinserción
Estas salidas terapéuticas son algo habitual en los centros de internamiento psiquiátrico. «Se realizan para ver cómo se desenvuelve un paciente que lleva muchos años internado en un centro, comprobar qué tal acepta estas circunstancias, si es capaz de adaptarse», explica Jerónimo Sáiz, jefe de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal. Para plantear esta opción, la enferma debe recibir referencias favorables de los tres miembros que componen el equipo social del centro: un psicólogo, un psiquiatra y un trabajador social. «Si los profesionales han determinado que está lo suficientemente recuperada, así debe de ser. No debemos mantener el prejuicio de que va a ser incurable», insiste Sáiz.

No opinan de la misma manera algunas de las víctimas de la doctora. Francisco Javier Huertas es el hijo de Jacinta, la enferma que hablaba por teléfono cuando la asestaron nueve puñaladas por la espalda. «Le ocasionó la muerte inmediata al afectarle las lesiones el pericardio, el hígado, el colon y el pulmón», dicta el fallo judicial. «La noticia no es nada agradable. No entiendo cómo pueden darle un permiso terapéutico después de lo que hizo». Francisco aún está muy dolido por lo que ocurrió hace más de nueve años. «No es normal que disfrute de su familia mientras nosotros no podemos», insiste al otro lado del teléfono. «Por suerte», no ha tenido que someterse a tratamiento, «lo malo es cuando rememoras cosas y vuelves a caer». El hijo de Jacinta sigue pensando que con Noelia se produjo una negligencia, «todos lo sabían y nadie dijo nada».

Como apunta el abogado de los afectados, «lo más probable es que Noelia vuelva a su casa de Madrid, en la localidad de El Molar». En este pueblo del norte de Madrid no se habla del caso. «Se ha convertido en un tema tabú», confirma uno de sus vecinos.

Una familia acomodada y con carrera política
La familia de Noelia de Mingo Nieto, de clase alta, vive en El Molar, un pueblo situado junto a la carretera de Burgos (A-1), a 43 kilómetros de Madrid, y regentaba un hotel que situado a la entrada del pueblo. Su padre, Juan de Mingo, ya fallecido, fue concejal del Partido Popular. Su abogado y primo, Juan Carlos de Mingo Pascual, también hizo carrera política en el pueblo, llegando a ser teniente de alcalde. Llama la atención el hecho de que la familia de la doctora De Mingo es amiga de la del fundador del hospital donde se cometió el triple asesinato hace nueve años.