Bilbao
Prueba superada
«Il Corsaro» de VerdiDe Verdi. Voces: B.Ribeiro, S. Dalla Benetta, K. Lewis, L. Salsi, M.A. Zapater. Dir. musical: R. Palumbo. Dir. de escena: Orquesta del Teatro Regio di Parma. Coro Ópera de Bilbao. P. Euskalduna. Bilbao, 16-XI-2010.
«Il Corsaro» no es obra frecuente en las programaciones a pesar de firmarla Verdi porque no se halla entre lo mejor de su autor. En cierto modo, hasta supone un retroceso respecto a obras, como «Ernani», estrenadas con anterioridad. Su partitura denota demasiado convencionalismo, con arias de salida para sus cuatro protagonistas, no fáciles de cantar pero de corto vuelo. El concertante final del segundo acto, las escenas del barítono y el poderoso dúo entre Gulnara y Corrado resultan lo más destacado si bien quizá la página más conocida sea el aria de Medora. No podía faltar en el «Tutto Verdi» de ABAO, quien planteó un reparto de lujo encabezado por Fabio Armiliato y Maria Guleghina. Sin embargo, ésta se vino abajo con las cancelaciones por enfermedad de ambos artistas.
ABAO logró salir del paso de forma muy airosa, sustituyéndolos por dos jóvenes que abordaron la ópera en Busseto en 2008. El portugués Bruno Ribeiro tiene cuanto hoy se precisa para hacer carrera: presencia grata, valentía, entrega y una voz lírica bien proyectada con agudos firmes.
Empezó mejor que terminó, ya que el dúo le resultó demasiado dramático en un teatro como el Euskalduna. Fue justamente ovacionado, lo mismo que Silvia Dalla Benetta, cuyo material no es de calidad excepcional pero cuenta con los graves y agudos precisos para una particella nada simple. Kristin Lewis interpretó una Medora de mayor sustancia vocal de lo habitual, resintiéndose algo las coloraturas y Luca Salsi compuso un Seid relevante, mostrándose como un barítono a seguir.
La producción escénica provenía del Festival Verdi de Parma (2004). De corte tradicional y escasos elementos fijos cuenta y enmarca la acción decorosamente y sin pretensiones innecesarias en la dirección actoral de un libreto bastante pobre. Gran baza fue la presencia de la Orquesta del Regio de Parma y, sobre todo, de Renato Palumbo en el foso, con una dirección musical, viva y muy eficaz. Prueba superada con notable a pesar de la adversidad.
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