Sevilla
Arenas: «Rajoy ha cogido por los cuernos el miura de la crisis»
El presidente del PP andaluz opta por un tono conciliador y ensaya un discurso de investidura
SEVILLA- El 17º Congreso Nacional del PP le ha dado a Javier Arenas un nuevo impulso a poco más de treinta días para las elecciones autonómicas del 25 de marzo. Refuerza su posición en el puente de mando del partido manteniendo la Vicesecretaría de Política Territorial y amplía el número de personas de su confianza en el Comité Ejecutivo. Pero lo más importante es la imagen de unidad, de partido bien cosido en su estructura interna. Le permite a Javier Arenas el contraste con un PSOE en plena guerra intestina, que hace sólo dos semanas celebró también en la capital hispalense su Congreso Federal, al que siguió la dimisión del secretario provincial José Antonio Viera por la lucha –de quién sigue manteniendo la nómina de partido– en las listas al Parlamento y la insumisión del sector crítico, con especial fuerza en la provincia gaditana.
Arenas reconoció que el PP andaluz está «muy cerca» de asaltar el mayor granero socialista –y ahora el único– en treinta años, pero que «todavía no se ha hecho nada». No habrá otra coyuntura como ésta en mucho tiempo, quizás nunca en un futuro a medio plazo. El PSOE andaluz ha sido, como la carne de pavo real, la que más ha tardado en descomponerse, pero la descomposición es masiva. Un 31 por ciento de paro, 400.000 familias sin recursos –como recordó ayer Arenas–, más de un 50 por ciento de paro juvenil y escándalos de corrupción en racimo: 25 millones de euros para el empleo en la Bahía de Cádiz, fraude de las ayudas europeas, de la formación y, sobre todo, la trama de los 1.000 millones de los ERE coronada con el dinero en subvenciones para cocaína, copas y fiestas.
Está por ver si a Arenas le pasan factura las medidas de ajuste puestas en marcha por el Gobierno central. El partido se afana en demostrar lo contrario. En su discurso de ayer, el dirigente popular agradeció a Rajoy que «desde el primer minuto haya cogido el miura de la crisis por los cuernos». «Nunca antes se ha hecho tanto en tan poco tiempo (siete semanas)». «Se han acabado los brotes verdes, la mentira del déficit y han llegado las reformas. Las familias andaluzas saben ya que el gobierno del PP no gasta más de lo que ingresa, ven en estas medidas una esperanza».
Arenas adoptó un discurso mesurado, ensayando el que tendría que hacer en una eventual investidura como presidente y que ya puso de largo en el reciente debate parlamentario de final de legislatura. Alternando su baraja de propuestas de regeneración democrática y de adelgazamiento del paquidérmico sector público andaluz con el cascabeleo de intenciones con más forma que fondo: «Es la hora de la sociedad», «la iniciativa personal es un bien a proteger». Se refirió al fraude de los ERE, pero ni siquiera se cebó un día en el que su discurso entraba a renglón en los informativos del mediodía de todas las televisiones. «Han ocurrido cosas muy escandalosas, una antología universal del disparate». La trama de los ERE ha supuesto un «expolio a manos llenas del dinero para los parados». «Con el Gobierno del cambio no habrá ERE fraudulentos porque se desarrollará una nueva Ley de Hacienda para que no se gaste ni un euro sin control y sin la firma de un funcionario», añadió. Como telón de fondo de este tono sin afilar está el «cambio sin rencor» que ayer repitió Arenas, «sin revancha y sin resentimiento». Llamó a la «concordia» y a «no mirar al pasado ni para juzgarlo». «El poder no nos puede cambiar como ha cambiado a otros», deslizó en relación al Partido Socialista.
«El cambio es una gran reforma estructural a favor del empleo y la libertad», adujo. Repitió que las primeras medidas que tomará nada más llegar al Gobierno serán la reducción del 50 por ciento de altos cargos, de delegados provinciales y un recorte de consejerías. «Todos los directores generales serán funcionarios. Le vamos a entregar la administración diaria a los funcionarios».
Abundó en su compromiso de suprimir la Ley de Reordenación del Sector Público, un día después de que miles de funcionarios salieran a la calle para pedir la derogación de la que consideran «ley del enchufismo». «Se ha creado para huir del derecho administrativo». «El sector público es imprescindible que no compita con el sector privado ni con los funcionarios». En relación a la reordenación del territorio, señaló, en la línea apuntada en otras ocasiones de no demonización del ladrillo, que «el urbanismo debe estar al servicio de las personas y no al revés». «Hay que preservar todas las especies, de acuerdo, pero sin olvidar la especie humana».
El presidente del PP muestra su «dolor» por «la injusticia del paro andaluz»
Las referencias a Andalucía y a las próximas elecciones han sido constantes en los tres días de congreso. Mariano Rajoy y Dolores de Cospedal también aludieron a la comunidad en sus discurso de clausura del cónclave. El discurso del recién reelegido presidente nacional del PP tuvo un claro acento andaluz. Rajoy, como hizo el día antes, ofreció a Arenas todo su apoyo para que el 25 de marzo el cambio en Andalucía sea una realidad después de treinta años de gobierno socialista. «Andalucía se merece otra cosa», deslizó. «Me duele esa injusticia del paro andaluz», lamentó tras confesar que él mismo sabe lo que es eso porque lo ha vivido en Galicia y no lo quiere «en ningún lugar de España». «El cambio ya ha comenzado en Andalucía y, sin duda, irá a más el próximo 25 de marzo. Será un acontecimiento histórico y creedme que no exagero: los andaluces no han conocido nunca más gobierno que el de los socialistas, pero eso está a punto de terminar». Presumió de lo mucho que conoce Andalucía porque la ha recorrido entera, «desde Úbeda hasta Punta Umbría» y «desde Cabo de Gata hasta la Serranía de Huelva». En Cazalla de la Sierra –que está en Sevilla y no en Cádiz, donde la situó Rajoy en su cara a cara televisivo con Rubalcaba– contuvieron la respiración.
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