Nueva York
Strauss-Kahn se declara «no culpable»
A Dominique Strauss-Kahn sólo se le escuchó ayer decir dos palabras en la sala del tribunal de Manhattan donde se presentó a primera hora de la mañana: «No culpable». Así se declaró el ex director del Fondo Monetario Internacional después de que se le leyesen los cargos de los que se le acusan, entre ellos, abuso sexual.
Strauss-Kahn llegó al tribunal vestido con traje y corbata oscuros, acompañado de su mujer, Anne Sinclair, con un semblante apesadumbrado. Mientras, en la calle, las mujeres del sindicato de camareras, vestidas de uniforme, se presentaron para recibir al político con gritos de «¡Avergüénzate!». Aun así, Benjamin Brafman, el abogado de DSK, indicó que su cliente había hecho «una poderosa declaración» con estas dos palabras.
Ayer, uno de los representantes legales de la camarera Nafissatou, Ken Thompson, también hizo sus correspondientes declaraciones: «Testificará para decirle al mundo lo que Dominique Strauss-Kahn le hizo». El proceso legal ya se ha convertido en un «culebrón» debido a su naturaleza. No hay testigos y es muy complicado probar el abuso sexual. El hecho de que el presunto agresor sea una figura pública les evitará a ambas partes llegar a un acuerdo, que permitiría a DSK declararse culpable de los cargos menores que hay contra él y reducir la condena. La próxima cita ante el juez del caso será el 18 de julio, en la que se fijará el calendario del juicio.
De ser hallado responsable de todos los cargos, DSK podría ser condenado hasta a 74 años de prisión. Lo habitual sería que sólo cumpliese la pena del crimen castigado con más años de cárcel, que serían 25. En este caso, el jurado tendrá que basar su decisión en la palabra que le ofrezca más confianza: la del presunto agresor o la supuesta víctima.
Gran parte del caso dependerá de pruebas circunstanciales: ¿qué cara tenía la víctima después de la supuesta agresión? ¿cuánto tardó en denunciar lo sucedido? ¿parece DSK un hombre que abusa de su poder? La Fiscalía no quiere que en este caso se le vaya nada de las manos. Pero delante tiene a Benjamin Brafman, uno de los mejores abogados defensores de Nueva York, famoso por llevar a su terreno al más difícil de los jurados.
La «jaula de oro» en la que vive vale 14 millones
Strauss-Kahn sólo puede abandonar la casa en la que vive –paga 50.000 dólares mensuales por el alquiler– para ir al médico o a los servicios religiosos. Su precio de venta es de 13.995.000 dólares y tiene 632 metros. El afamado arquitecto Leopoldo Rsati la diseñó con cuatro habitaciones, cinco baños, gimnasio, teatro, bar, sauna de vapor, área para el servicio y chimenea. La terraza cuenta con barbacoa de gas natural y suelo de estilo japonés de cristal.
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