Barcelona

Visitar un edificio antes de construirlo

Los planos de obra saltan de la mesa a la conquista de la tercera dimensión. Una nueva tecnología permite ver el resultado y detectar fallos antes incluso de levantar los cimientos 

Visitar un edificio antes de construirlo
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La tecnología 3D es un recurso visual tan viejo como el propio cine, que ha interesado a directores y productores con escaso éxito hasta hace muy poco. El desarrollo de nuevas tecnologías de visionado y el indiscutible olfato comercial de directores como James Cameron no sólo han despertado la curiosidad del gran público, también han puesto tan de moda esta técnica que la sala de cine ya no se ve igual sin un auditorio armado con decenas de gafas 3D. El cine ya no se concibe plano, pero no es el único ámbito que ha ganado una nueva dimensión. La construcción virtual es un modelo de trabajo que se está instalando en España y que ya está operativo en países como Estados Unidos o Australia, donde se ha verificado la mejora en la eficiencia en la construcción. Pero ¿es posible visitar un edificio sin que se haya empezado a construir? Precisamente de eso se trata: «Lo principal es que no creas planos, pre-construyes el edificio», explica María José Escobar, arquitecto del Laboratorio de Realidad Virtual del Centro Tecnológico de I+D+i de Acciona en Madrid. Desde este centro, dirigido por Jesús Mascías, jefe del Laboratorio 3D, y Fernando Blanco, coordinador de grupo, se conjugan dos metodologías de trabajo novedosas para ahorrar tiempo y costes de construcción. Por un lado, se utiliza un software (llamado BIM; Modelado de Información para la Edificación) que complementa los planos, las mediciones y toda la información de la obra como si de una inmensa base de datos se tratara, con la visualización tridimensional y el cálculo de tiempo y costes; y por otro, se da salida a esta maqueta en un sala adaptada a la realidad virtual, donde se proyecta el edificio o la construcción en 3D, de tal manera que se puede pasear dentro del diseño a escala real. A este método de modelado, BIM, se le conoce como 5D, puesto que a las tres dimensiones espaciales se unen el cálculo en tiempo real de costes y de tiempo. Todo el personal implicado en una obra, desde el arquitecto hasta el jefe de obra o el instalador del aire acondicionado, puede consultar todos los días los planos de la infraestructura, la cantidad de material que se requiere o las modificaciones que cualquier otro experto haya introducido en la maqueta. Se pueden ver los cambios en tiempo real y sacar los planos directamente, sin tener que esperar como antes a que el equipo de delineantes dibuje copias para todo el mundo, después de que cada cual haya hecho sus propios cálculos. Un proceso largo que desaparece, ya que el programa automáticamente replantea toda la estructura. Si alguien, por ejemplo, añade una puerta, una ventana o decide cambiar la medida de una viga, el programa traslada en tiempo real las nuevas dimensiones a los planos y a la maqueta virtual, redibujándolos y redefiniendo el tiempo y los costes del trabajo, incluso, a la hora. El programa señala el cambio, la colocación real de la nueva estructura y permite ver tanto el esquema 2D como la sección tridimensional del perímetro.Adelantarse a los fallosUna forma de trabajo nueva, en fase de evaluación en este centro y que Acciona está aplicando a varios de sus obras adjudicadas, desde la más avanzada, la nueva terminal del aeropuerto de León, que previsiblemente concluirá este año, hasta las obras de la cárcel de Soria, la ampliación del aeropuerto de Valencia o la Facultad de Bellas Artes de Teruel.Además de este trabajo de mesa, desde el PC de cada técnico, el modelo tridimensional se usa como base de proyección de la obra en una sala o «cueva» de realidad virtual. Una pantalla de cinco por tres, unos mandos para mover la imagen o mejor aún, unas gafas conectadas al proyector y que comunican a éste nuestra posición en el espacio sobre los ejes X, Y y Z (tanto hacia los lados, como hacia arriba-abajo –respetando la gravedad y ofreciendo una visión a la altura de los ojos o despegando al visitante del suelo– y hacia delante o atrás) permiten llevar este modelo del PC a la sala para realizar una visita virtual de una obra que ni siquiera está empezada, para presentar al cliente el resultado final de su trabajo y para prever los futuros fallos, algo que hasta ahora y de forma bidimensional era imposible. Poder ver los cimientos o los conductos del aire acondicionado ya incluidos en el edificio ayuda a hacer cambios en tiempo real y ver el resultado (si el cliente, por ejemplo, decide cambiar el material y el color del suelo) o detectar problemas estructurales antes de que se produzcan en la obra y la paralicen. «En León, gracias a la visualización 3D se detectó un error grave, que lo conductos de desagüe cruzaban parte de la estructura del edificio y se pudo subsanar antes de la fase de construcción», explica Ana López, arquitecta y experta en BIM.Las posibilidades que ofrece la tecnología 3D no sólo se limitan a la visualización del espacio, ayudarán en un futuro inmediato a simular condiciones climáticas dentro de los edificios, movimientos de terreno, programar la instalación de barandillas en construcciones de altura o recrear situaciones excepcionales como incendios, mejorando la formación del personal y los planes de evacuación, etc. Además permiten valorar la obra en su entorno natural. Por ejemplo, gracias a Google Earth se puede ver cómo será la futura estación de Sagrera en Barcelona o admirar las vistas desde una pasarela peatonal en Cuenca.