«Hoy Lope hubiera encantado a las mujeres»

-«Lope», la novela basada en la película. Generalmente es al revés: la película se basa en la novela...
-Quizá esté naciendo un nuevo género. Si la literatura inspira al cine, ¿por qué no al revés? Era un reto y a mí me gustan los retos.

-Se nos presenta la vida de Lope de Vega como mujeriego, espadachín, burlador de maridos... ¿Qué fue en realidad?
-Era un hombre sin medias tintas. Hoy hubiera encantado a las mujeres: era muy hombre. Le faltaron tres vidas para vivir todas sus ambiciones.

-A quién no. ¿Un donjuán?
-No. Tenía una sensibilidad especial para entender a las mujeres. Y quería mucho a sus hijos.

-Cuesta imaginar a un seductor que no se duchaba y con los dientes podridos...
-No era época de duchas, desodorantes y empastes. Ellas tampoco olían muy bien. Ellos olían, ellas olían, y la cosa estaba equilibrada.

-Se fustigaba, ya de cura, para purgar sus muchos pecados...
-No creo que se atizara muy fuerte.

-Muriéndose dijo que cambiaría los aplausos por un acto de virtud...
-Yo creo que nunca se arrepintió de nada. Es más una frase bella que la verdad. Y si es bella, ¿qué importa que sea mentira?

-¿Fue más rebelde, rompedor y provocador que los escritores jóvenes de hoy que juegan a eso?
-Sí. Además, hoy es mucho más fácil ser rebelde y provocador.

-Pero de ahí a reflejarlo como un joven antisistema...
-Estaba contra el sistema, pero a la vez quería medrar en él; estaba en la contradicción, tan de hoy, de querer ser revolucionario y también cronista real.

-Parece que no les hemos sacado mucho provecho a nuestros clásicos.
-Sin duda. Hay prejuicios: creemos que son pesados y aburridos. Y no.

-Viviendo tan intensamente, ¿cómo pudo Lope escribir tanto?
-No lo sé. Supongo que dormía poco.

-¿Quién se parece hoy a él?
-No veo a nadie con esa capacidad creativa. Y como amante, no sé quién se le puede acercar. Hoy sería guionista de series o estrella de Hollywood.

-Le escribía al duque de Sessa las cartas que éste utilizaba para seducir...
-Como Cyrano de Bergerac. Tenía que comer de la escritura. A mí me gustaría ser la «negra» de las cartas de amor de Obama.

-A mí, de las de la baronesa Thyssen...