Quince escalones de justicia para Isabel Pantoja

El próximo 28 de junio Isabel Pantoja tendrá que revivir uno de los momentos más humillantes de su vida. Otra vez tendrá que bajarse de su coche y subir quince escalones ante cientos de medios de comunicación y atentas miradas que la observarán mientras accede a la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Málaga para ser juzgada por blanqueo de capitales. La otra vez que tuvo que pasar por ese amargo trago fue el 14 de octubre de 2010, cuando se desplazó al Juzgado número 5 de Marbella para que le notificaran el auto de apertura del juicio oral. La dificultad para acotar esa zona provocó que periodistas y curiosos rodearan su vehículo y que se organizara un atasco de casi un cuarto de hora. La Policía se vio obligada a escoltar a la cantante para que pudiera salir del coche, pero lo peor estaba por llegar. Los 20 escalones que tenía que subir la tonadillera para entrar en los juzgados se convirtieron en una avalancha de reporteros en la que hubo gritos, caídas y empujones que terminaron por romper el vestido de Isabel Pantoja .

Gran expectación mediática
Para evitar que el próximo jueves se produzca un caos similar, se han tomado una serie de medidas que permitirán, tanto a la Prensa como a los acusados y a los trabajadores de los juzgados poder acceder al edificio sin ningún problema. Los 150 profesionales acreditados tendrán que situarse en una zona acotada –se prevé que sea en el rellano de las escaleras de la entrada– para grabar y hacer fotografías.Además, se ha habilitado una sala de Prensa en la que unas 60 personas podrán seguir lo que sucede en la sala a través de la señal institucional.

Por si fuera poco, se rumorea que grupos de fans de Isabel Pantoja podrían acercarse hasta la Ciudad de la Justicia de Málaga para apoyar a su ídolo. Con el fin de evitar posibles altercados, la Subdelegación de Gobierno ha preparado un dispositivo de seguridad para el exterior del edificio. Y es que todo el mundo espera con ansia la foto de tres de los procesados de esta pieza separada del «caso Malaya»: Isabel Pantoja, Julián Muñoz y Mayte Zaldívar. Un trío que ha protagonizado decenas de portadas y muchos minutos televisivos después de que el ex alcalde de Marbella abandonara a su mujer por la tonadillera y, más tarde, cuando salió a la luz toda la trama de corrupción marbellí. Pero no son los únicos que se sentarán en el banquillo el 28 de junio. Junto a ellos estarán otras siete personas: José Miguel Villarroya Villar, Gonzalo Íñigo, y, Alicia Villarroya Azagra, Paula Villarroya Pattier, Jesús Zaldívar, Fernando de Salinas y Benjamín Fernando Martínez.

A pesar del interés que genera el proceso, fuentes judiciales informaron a este periódico de que Isabel Pantoja no va a recibir un trato diferente al del resto de los procesados: «Tendrá que entrar por la misma puerta que todo el mundo y pasar el arco de seguridad, a no ser que sus abogados hagan un escrito al juzgado pidiendo que se le permita entrar por el parking y se lo concedan. Pero eso sería trato de favor y lo más seguro es que eso no suceda».

La tonadillera y sus nueves «compañeros» de juicio escoltados por sus abogados se sentarán ante el juez Federico Morales y el fiscal Juan Carlos López Caballero en la Sala 4 de la Ciudad de la Justicia, donde se han celebrado las 181 sesiones del juicio por el «caso Malaya». Se ha vuelto a elegir esta sala por su gran capacidad, incluso se han introducido alrededor de 50 sillas más para que los interesados puedan acceder. Las primeras sesiones tendrán lugar los días 28 y 29 de junio y el 5 y 6 de julio a partir de las 9:45 de la mañana. En total, serán 48 sesiones de las que todavía no se conoce la fecha exacta. Lo que sí se sabe es que el proceso durará hasta marzo del año que viene.

Se declara inocente
La Fiscalía Anticorrupción acusa a Isabel Pantoja de haber blanqueado 1,8 millones de euros procedentes de los fondos obtenidos ilícitamente por Julián Muñoz y que están relacionados con la compra del chalé «Mi Gitana» y de un apartamento en Guadalpín. La acusación mantiene que en aquella época la tonadillera sólo tenía 177 euros en su cuenta bancaria y que no recibió ningún ingreso para justificar el pago. Según ha podido confirmar LA RAZÓN, la defensa de Isabel Pantoja encabezada por Gabriela Otondo, acreditará ante el juez que entre 1999 y 2009, obtuvo unos ingresos por su trabajo de 19 millones y que «no han existido ni transferencias ocultas, ni depósitos ni cuentas en el extranjero», además de poseer un patrimonio inmobiliario «muy importante». Algo que tendrá que demostrar si quiere librarse de los tres años y medio de cárcel y los 3,6 millones de multa que pide para ella el Ministerio Público. Y debe ser que está segura de su inocencia, ya que hace unas semanas desmintió un posible pacto con la Fiscalía asumiendo su culpabilidad pagando una multa de 1,5 millones y evitando, así, ir a prisión. Los que conocen a Isabel aseguran que «está bien porque es fuerte», aunque por las últimas imágenes que hemos visto, se observa que ha adelgazado mucho, algo que confirman especialistas como Ana García, de Sanamedic: «Podría estimarse una pérdida aproximada de unos 5 kilos» debido a los nervios del juicio, ya que «los problemas emocionales afectan a la regulación y mantenimiento del peso corporal». Más vale que se lo tome con calma, porque le quedan nueve meses sentada en el banquillo.

Trío peligroso
Hubo un tiempo en el que era fácil verles juntos. Isabel Pantoja, Mayte Zaldívar y Julián Muñoz parecían amigos íntimos, ya que la tonadillera iba a ser imagen de Marbella. Pero en El Rocío de 2003 se confirmaron los rumores que unían sentimentalmente al entonces alcalde de dicha localidad malagueña con la cantante. En 2006 fue detenido por cohecho, malversación de fondos públicos y prevaricación urbanística. Estuvo en prisión hasta mediados de 2008 y unos meses después Isabel Pantoja confirmó la ruptura de la relación. Tanto ella como Mayte están acusadas de blanqueo de capitales. Por si acaso, la tonadillera no ha parado de trabajar, incluso fichó por Telecinco por un millón de euros.