Miami

Una boda a golpe de talonario

Carla Goyanes anunció su boda en 2010. Ya se casó por lo civil y mañana lo hace por la iglesia 

Carla Goyanes y Jorge Benguria, en la boda de Rafa Medina y Laura Vecino
Carla Goyanes y Jorge Benguria, en la boda de Rafa Medina y Laura Vecinolarazon

Ya se sabe el lugar en el que se casarán, dónde instalarán su nido de amor, cuándo han empezado a hacer la mudanza, quién ha diseñado el vestido de la novia, los tratamientos estéticos a los que se ha sometido antes de la boda, y hasta cuál es el nombre de la revista que cubrirá la ceremonia en exclusiva. Por saber, se sabe incluso que llevan más de tres meses casados por lo civil. Pero, sobre todo, lo que se advierte es que será una boda muy rentable. Por eso, a 24 horas del esperado enlace entre Carla Goyanes y Jorge Benguria –que se celebrará en la lujosa Finca Cortesín, en Marbella–, el hermetismo y el silencio imperan en el entorno de la pareja.

Fue en junio de 2010 cuando la hija menor de Carlos Goyanes y Cari Lapique anunció su intención de pasar por la vicaría. En un reportaje para la revista «¡Hola!», Carla explicó que su novio, Jorge Benguria (con el que salía desde 2009), le había pedido matrimonio por sorpresa durante un viaje a París. Desde entonces, los detalles en torno a la ceremonia se han ido desgranando paulatinamente, eso sí, pocos han trascendido sin pasar antes por caja. De hecho, en septiembre de 2010, Carla Goyanes ya revelaba los primeros detalles sobre el enlace: que contaría con unos 500 invitados y que se celebraría en Marbella. Asimismo, desvelaba uno de los secretos mejor guardados de cualquier novia: quién iba a ser la diseñadora de su vestido. Y Rosa Clará fue la elegida. A partir de entonces, Carla Goyanes se convirtió en una de las principales embajadoras de la firma catalana. Tanto es así, que apenas tres meses antes de su boda, durante un evento de patrocinio en Barcelona, posó vestida de blanco con un diseño de Clará. También actuó como madrina de honor en la presentación de la colección de fiesta 2012 que la modista catalana presentó en Sevilla. En el evento, Carla lució un traje largo de la diseñadora y adelantó que algunas de sus invitadas a la boda llevarían piezas de Rosa Clará. Motivos que hacen pensar que los dos trajes que lucirá mañana –uno más clásico para la ceremonia religiosa y otro más cómodo y juvenil para la fiesta nocturna– están más que amortizados.

No es de extrañar que Carla hubiese preferido que la noticia de su boda por lo civil no se filtrase a los medios. La pareja ya está legalmente casada desde el 11 de abril, pero la joven se apresuró a señalar que aquello era sólo un «mero trámite» para conseguir el visado de residencia en Miami, donde el matrimonio fijará su domicilio. «No quería que se enterara nadie para no quitarle protagonismo al día 16, que lo estamos preparando con tantísima ilusión», explicó la novia.

La luna de miel, única incógnita

Y, desde luego, no sólo es cierto que la boda se está preparando con todo lujo de detalles sino que, además, los medios han sido testigos paso a paso. En abril, se celebró la pedida de mano formal, que se organizó en casa de la abuela materna de Carla, y en la que los novios se intercambiaron sus presentes: Jorge Benguria la obsequió con un solitario de Suárez y la hija de Cari Lapique le regaló un reloj de IWC. En mayo, fueron sus dos despedidas de soltera: la primera, que celebró junto a sus amigas en Milán y, la segunda, que festejó de forma conjunta con su novio en la discoteca Gabana de Madrid. En junio, posaba con el photocall de la Clínica Londres para desvelar algunos de los tratamientos estéticos que se aplicaría antes del enlace (desde un peeling hasta métodos de ultrasonido para combatir la acumulación de grasa). Asimismo, se dejaba ver en el aeropuerto de Miami, cargada de maletas y lista para iniciar su mudanza a Florida. En julio, puso su lista de bodas en el portal «Bodabook» y compartió con ellos sus impresiones en los días previos al enlace. Desde que anunció que daría el «sí quiero» Carla ha multiplicado sus patrocinios y, gracias a las marcas, se está garantizando un repleto ajuar. Con todo, parece que la única incógnita en torno a la boda es cuál será el destino de la luna de miel. Un viaje que, por cierto, organizará Nuba, la agencia de la que su madre es imagen.

 

El detalle
Carla Goyanes, que fue imagen de Don Algodón en el año 2000, saltó a las páginas del colorín por la relación que en 2004 mantuvo con su amigo de la infancia, el torero Fran Rivera. Aunque la pareja no duró demasiado, las revistas se hicieron eco del apasionado verano que vivieron en las playas de Marbella. En febrero de 2005, Carla rehizo su vida con Felix Ruiz, uno de los fundadores de la red social Tuenti, con el que acudió a la boda de su hermana Caritina.