Teatro

Poesía

Pérez Puig el director de Mihura Buero «Estudio 1» y los debates de Suárez

Gustavo Pérez Puig, el precoz director que logró que Miguel Mihura estrenara "Tres sombreros de copa", el realizador que firmó cien "Estudios 1", entre ellos el mítico "Doce hombres sin piedad", y los debates de Adolfo Suárez, ha fallecido hoy a los 81 años con su "misión"cumplida: apasionar al público.

Precoz, con el Nodo celebrando sus estrenos pero "sin tonterías de folclórica", amigo de la "crema de la intelectualidad"que se reunía en el Chicote y el Café Gijón, director predilecto de Enrique Jardiel Poncela, Miguel Mihura y Buero Vallejo, el madrileño quiso desde dedicarse a "eso"de la escena desde que vio con 6 años la zarzuela "Los claveles".


Primero tonteó con "la cosa de ser actor"y debutó con 17 años como meritorio con "Cincuenta años de felicidad", pero aunque le aplaudían mucho, le aburría hacer cada tarde lo mismo y además "no ganaba nada", por lo que lo dejó y se matriculó en Derecho. Conoció a Jardiel Poncela (Madrid, 1901-1952) haciéndole una entrevista para la revista del SEU, "Bengala", y desde aquel momento se convirtió en su "ídolo", amigo y uno de sus autores de cabecera.


Dejó la carrera, aunque le dijo a su padre que había terminado y se matriculó en Filosofía y Letras "porque había chicas muy guapas", pero tampoco terminó porque solo pensaba en hacer teatro, apasionar al público como a él le conmovía. Gracias a su amigo Miguel Gila conoció un texto de Miguel Mihura, "Tres sombreros de copa", que a pesar de ser de 1932 languidecía en un cajón por falta de interés de los empresarios, y convenció al autor de que le dejara montarla con la compañía del Teatro Español Universitario (TEU).


Era 1952 y los actores de la compañía se llamaban José María Rodero, Fernando Fernán Gómez, José Luis López Vázquez, María Jesús Valdés, Juanjo Menéndez, Paco Valladares, Fernando Guillén, Jesús Puente, Agustín González y José María de Prada. Al año siguiente dirigió la "magnífica""Escuadra hacia la muerte"pero tuvo que esperar a 1960 a que le dieran el Premio Nacional de Teatro, "por un montaje muy inferior", porque consideraban que entonces era "demasiado joven". Con 26 años llegó a TVE. Empezó de regidor, luego de ayudante de dirección, realizador y director de programas musicales como "Sábado 65"o "Más de una zarzuela"(150 zarzuelas y 10 óperas en tres años) pero la "apoteosis"fue con el espacio de teatro "Estudio 1"y "Doce hombres sin piedad".


Pérez Puig dirigió en aquella obra de 1973 a José Bódalo, José María Rodero, Luis Prendes, Jesús Puente, Antonio Casal, Carlos Lemos, Ismael Merlo, Rafael Alonso, Manuel Alexandre, Sancho Gracia y Pedro Osinaga, de los que sólo viven los dos últimos. "Es del que mejor recuerdo tengo y el mejor programa que he hecho gracias en buena parte a mi mujer -la también directora Mara Recatero-. Tuvo una repercusión increíble y los críticos decían que había un antes y un después de ese programa", relataba.


Dirigió en 20 años, de 1965 a 1985, unos cien "Estudio 1"y cerca de mil programas musicales, concursos, comedias, como "Ninette y un señor de Murcia", novelas y programas para TVE, pero también los debates televisivos de las campañas electorales de Adolfo Suárez, al que consideraba "un hermano".


En 1993 se encargó de los debates de José María Aznar, Rodrigo Rato, Javier Arenas, José María Álvarez del Manzano y Alberto Ruiz Gallardón. "Y se ganaron todos", presumía. Lo que más le gustaba era la televisión porque, argumentaba, "haces lo que tú quieres y queda para siempre. En teatro ensayas 60 veces una comedia, queda perfecta y aparece el actor empieza a hacer gracias y te estropea todo. En televisión queda bien o mal pero a tu gusto y eso es para siempre".


También le hacía mucha "ilusión"haber dirigido de 1990 a 2003 el Teatro Español: "Fue el Gordo de la lotería, mi mejor época profesional, pero también la peor", decía en alusión a la polémica que vivió en 1992 cuando se le recriminó que había contratado a su mujer como directora adjunta con un sueldo de 7 millones de pesetas.


Era capaz de calcular con una sola mirada al patio de butacas "las pesetas que se habían hecho de taquilla", y aseguraba que, para desesperación de sus enemigos, vivía "en la monotonía del éxito"porque cualquier cosa que emprendía salía bien.


"He tenido mucha suerte en la vida y he hecho lo que me ha parecido en cada momento", resolvía esta "memoria viva"de la televisión de España que en los últimos tiempos soñaba con recuperar "Tres sombreros de copa"pero en forma de musical