El PP hurga en la herida de la falta de liderazgo socialista

Los tiros del PP ya apuntaban en esa dirección, pero el presidente del Gobierno se lo ha puesto en bandeja con su juego a las adivinanzas sobre si será o no el candidato del PSOE. Por de pronto, en Génova se despejan dudas, después de las confidencias del jefe del Ejecutivo en la copa navideña que ofreció en La Moncloa, y cada vez «pega» con más fuerza la teoría de que el adversario electoral de Mariano Rajoy no será Zapatero. Eso exige revisar estrategias y adaptar preventivamente la política de oposición a un nuevo escenario para que el cambio de caballo no les pueda pillar a contramano, según fuentes de la dirección.

Ayer la portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, dio pistas de por dónde van a ir en el nuevo curso político. «¿Quién gobierna en España mientras el PSOE está instalado en el cotilleo de la sucesión de Zapatero?», se preguntó en alto tras la reunión de la Junta de Portavoces.

«España necesita que cuando antes se defina un Gobierno que dirija este país. Las incertidumbres en el PSOE importan poco. Lo que importa es la certidumbre de 4.8000.000 españoles que no tienen un empleo, que quieren tenerlo y que les gustaría que cuanto antes se despejara, no el panorama del PSOE, sino el de la economía española, que necesita un proyecto y un presidente», continuó. Este argumentario se completa con un discurso llamativamente optimista sobre las posibilidades de victoria en las autonómicas y municipales, y también en las generales. El PP da por hecho en público que dentro de poco más de un año estará en La Moncloa, y para muestra el «botón» de Saénz de Santamaría: «El sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero será Mariano Rajoy».

Por cierto, el Congreso se prepara para cerrar por vacaciones con asuntos de calado en el limbo. Es el caso de la parte de la renovación del Tribunal Constitucional que de él depende. El Grupo Popular volvió a colocar encima de la mesa el nombre de Enrique López, ex portavoz del Consejo General del Poder Judicial, pero las negociaciones siguen sin prosperar. Otro ejemplo: en el aire está el futuro de la proposición de ley del Grupo Popular para que se privaticen las televisiones autonómicas.