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Dani está de vuelta

La fantástica victoria en Sachsenring permitió a Pedrosa volver a sonreír después de muchas semanas de angustia y dolor. Dani dejó atrás la lesión de clavícula con una gran actuación, que le permite volver a ser feliz y, también, «odiar» un poco más a Simoncelli.

Pedrosa levanta el brazo derecho para celebrar su triunfo en Sachsenring
Pedrosa levanta el brazo derecho para celebrar su triunfo en Sachsenringlarazon

Su exhibición de ayer demuestra que si el italiano no se hubiera cruzado en su camino en Le Mans, cuando luchaba por el primer puesto del campeonato, ahora en lugar de estar a 74 puntos del líder estaría mano a mano peleando con el propio Stoner y Lorenzo por el título.
En la segunda carrera tras su reaparición, Dani cambió los dolores por el éxito, aunque hasta él mismo estaba sorprendido porque éste hubiese llegado tan pronto: «Ha sido increíble volver a ganar en tan poco tiempo», reconocía antes de subirse al podio. La mayoría de curvas de izquierdas de Sachsenring le permitió mimar su clavícula derecha y el talento hizo el resto. Empezó fuerte, como más le gusta, pero enseguida se vio que el combate no iba a acabar por la vía rápida en favor de ninguno de los boxeadores. Después del arranque del de Honda, fue Lorenzo el que probó la escapada con el mismo resultado. El intento de Stoner fue el que más cerca estuvo de prosperar, aunque las previsiones se cumplieron y se pudo ver la carrera de MotoGP más igualada en mucho tiempo.
Su desarrollo pareció más el típico de las categorías menores, con adelantamientos frecuentes y los pilotos divididos en grupos. Dovizioso y Simoncelli fueron los que antes se descolgaron del principal, que quedó reducido a los tres «magníficos». El cuarto es Valentino Rossi y, aunque su vuelta a la moto antigua le dio un segundo más por vuelta, no pudo estar con los mejores.
A mitad de carrera el podio estaba decidido; lo difícil era acertar a la hora de poner en orden los nombres. Lorenzo amenazó con imponer su «martillo», como sucedió en Mugello, pero a medida que se acercaba la meta se le oscurecía el horizonte. Primero le adelantó Dani, y luego Stoner, que primero pareció capaz de discutir a su compañero de equipo el triunfo y a falta de tres vueltas se dio cuenta de que todos sus esfuerzos debían centrarse en que no le superase Lorenzo. Con Pedrosa lanzado hacia la bandera de cuadros, la incógnita a despejar era si Casey aumentaría en cuatro puntos su ventaja en el liderato del Mundial o sería Jorge el que se recortaría. Ocurrió lo segundo, porque el mallorquín arrancó las pegatinas al «canguro» en unas tres últimas curvas mágicas.