Barcelona
Entre copas en el Casino
Equipo Navazos La Bota de Manzanilla 22; Recaredo Brut de Brut 2003 y Benjamín Romeo Qué Bonito Cacareaba 1999, entre otros, son algunos de los vinos que paladeamos durante la presentación de 4º premio Vila Viniteca de cata por parejas, que se celebra el día 20 en el Casino de Madrid.
Un certamen que va más allá de quedarse en el sector de la sumillería, de ahí su éxito, ya que en la edición anterior los vencedores fueron un profesor de Derecho Penal y un economista.
Mientras llega a la mesa el menú, servido por Paco Rocero, Quim Vila anuncia que el galardón, que se disputarán las 120 parejas, es contundente: 15.000 euros, 3.000 más en productos Riedel y un viaje a Hungría, donde visitarán en Tokaji las bodegas Château Dereszla.
Las garnachas
Sin embargo, para embolsárselo las pasarán canutas, porque deberán descubrir el país, la zona de origen, la Denominación de Origen, variedades de uva, añada, elaborador y marca de siete ejemplares, «un espumoso, dos blancos, tres tintos y un generoso o dulce», añade el propietario de Vila Viniteca (la inscripción se realiza en www.vilaviniteca.es), un espacio situado en Barcelona, que cuenta con 7.500 referencias. Entre estas etiquetas descansan algunas rarezas y reliquias, es decir, «ejemplares que ya no existen, como un Pingus del 95, un vino único, ya que el barco en el que viajaba el 95 por ciento de la producción se hundió», e incluso botellas que rondan los 7.000 euros. Durante el almuerzo, también se sirvió otro debate: la situación económica: «En nuestro país se consumen por debajo de los 20 litros al año por persona, algo preocupante. Por eso, debemos trabajar para enfocar el vino como una bebida muy nuestra, un trago de placer con una historia detrás. La cosa tiene que mejorar, porque hay países del norte de Europa en los que se consume más vino que aquí y no son productores, no es coherente. Y también es importante la inserción de los vinos nacionales en el mundo». Quim es consciente de la labor de las redes sociales para captar a los clientes jóvenes: «El sector debe acercarse a la gente, tiene que estar en Facebook y Twitter, porque no es un producto elitista». En cuanto a las tendencias, preferimos los caldos nacionales, refrescantes y delicados, «nada de tragos súper potentes, más propios de concursos que para disfrutar en la mesa. Veo un gran futuro para los vinos blancos, a los que prestamos poca atención, y para los cavas, perfectos para armonizar una comida completa, no sólo para un simple brindis». ¿Un descubrimiento? «Las garnachas de la Denominación de Origen Madrid, componen un patrimonio brutal».
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