Valencia
Fallece María Izquierdo después de 20 años relacionada con el periodismo
Nada muere en el alma, pero sí puede romperse algo en lo más profundo de ella. María se fue dándonos una exhibición de dignidad durante dos largos años y, especialmente, junto a los suyos durante los últimos meses. María Gracia Izquierdo Hueso, nuestra Mery, no era famosa, pero era importante. No era popular, pero sí imprescindible. Su trabajo y su cariño la habían convertido en necesaria. Su discreción y humildad rechazarían estas líneas. «Iñaki, chico, no lo hagas». Aún así, estoy convencido, te veo desplegando tu maternal sonrisa desde lo alto y recordando nuestros frugales cumpleaños, nuestras cenas de Navidad en abril o las de verano en febrero. María era mucho más que nuestra secretaria de redacción. Con ella sentía llevar puesto el cinturón de seguridad. Su condición de clueca me hacía, nos hacía a todos más desprevenidos y, a la vez, más fuertes. ¡Qué entereza para hacernos a todos la vida más agradable cuando ese monstruo de la guadaña «maldita seas» había fijado la vista en ella!. Ella estaba bien armada con mucho de aquello que da transcendencia a las personas ante otras. Lo auténticamente sustancial. No lo mediático ni el dinero. Más allá de la tragedia, de la rabia, de la pena, más allá de la presencia de Dios, tienes la alegría de que Malen y Caro cuentan con el mejor guardián, con tu media naranja, con Rafa. ¡Qué lección nos ha dado!.
María, no sé quién lo dijo, pero un día me lo grabé para cuando hubiera ocasión, para cuando tocara. Lo he dicho muy poco, hoy es uno de esos días, es lo que siento «Mery, duda que sean fuego las estrellas, duda que los planetas se muevan, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te quiero, de que te queremos». Así es la vida. Descansa en paz.
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