Prohibido políticos

Qué lástima. Ya no voy a poder ir a Cataluña a ver los toros. Cierto es que nunca he ido, pero una panda de políticos ha decidido erradicar mi libertad de poder hacerlo. ¿Fascismo, dictadura ,inquisición? No, Parlamento catalán. Seguro que, con esta decisión y dado el nivel político actual, alguno debe sentirse más libre y orgulloso de parecerse más a Puerto Rico, un estado libre y asociado en el que tampoco hay toros. No se extrañen de la lectura, ya hubo quien comparó el toreo con el maltrato a una mujer. Lo que hay que prohibir es a los políticos. Nos ahorraríamos dinero, rubor y migrañas. Nos maltratan, nos asestan puñaladas traperas, nos ignoran, nos insultan y no saben que existimos excepto cuando toca renovar votos. Vaya tropa. Ahora resulta que lo que no les guste a ellos hay que prohibirlo. A ellos, a sus mujeres o incluso a la persona que limpia en casa. ¿Les extraña? He visto hacerlo a directores de programación de grandes cadenas, díganme qué les impide a ellos actuar de igual manera. La sociedad civil no puede estar a expensas de sus preferencias. Recemos para que les guste Cervantes, Berlanga, Murillo, la Roja, Albéniz, los niños, las Fallas, San Fermín, la Prensa, los libros y la investigación científica. El problema no es que Ponce no pueda ir a la Monumental, el problema es que Montserrat, Andreu o mi amigo Sánchez Dragó no puedan tener la libertad y el derecho de ir. Habría que pararles los pies a los políticos y a sus dictatoriales, despóticas y absolutistas actuaciones. En Cataluña han estornudado. Que en el resto de España no nos sorprenda la gripe del político. Mejor prevenir que curar.