Argentina
Diego encuentra la corbata
Eligió el traje para su estreno como entrenador en un Mundial y se olvidó de su inseparable chándal
«Debemos mejorar un montón de cosas si queremos jugar los siete partidos del Mundial», dice Maradona. Y él ha empezado por mejorar su imagen. Diego está acostumbrado a dirigir a su selección en chándal desde la banda, confundido entre los suplentes por si alguien se despista y le dejan salir unos minutitos al césped. Pero ayer se olvidó de la comodidad, buscó un traje en el armario y apareció en el césped vestido como para una boda.Era su primer partido como entrenador en un Mundial. Su manera de celebrar que hoy se cumplen 28 años de su estreno como jugador, aquel 13 de junio de 1982 en el Camp Nou. Argentina llegaba como campeona y un gol de Vandenbergh le enseñó lo duro que iba a ser el torneo para él. Ayer cambió aquella derrota ante Bélgica por una victoria ante Nigeria. Tres puntos que le llenan de orgullo por la actitud de sus futbolistas, pero le dejan dudas sobre el futuro de su selección en el campeonato.«Si a Nigeria le hubiésemos marcado tres goles en cinco ocasiones, hablaríamos de un partido brillante. Se erraron goles, no hay que fallarlos, no hay que perdonar. El que perdona paga y nosotros perdonamos, parecía que no la queríamos meter», se lamentaba el seleccionador argentino.«Lo importante es que llegamos, que el equipo produjo jugadas interesantes que no pudimos concretar y por eso se terminó sufriendo. Lo normal cuando fallas tanto es que en un rechace te empaten. No pasó pero no podemos perdonar tanto», advierte el técnico a sus futbolistas.Le molestó el sufrimiento final, que se hubiera evitado con un poco más de acierto. Pero Maradona agradeció a sus futbolistas el esfuerzo y los abrazó uno a uno sobre el césped. A todos igual, menos a uno. Cuando llegó a Messi le abrazó, lo levantó por los aires y le dio un beso, emocionado por el partido del azulgrana. Diego sabe que el otro «10» de Argentina es especial y que necesita más cariño para sentirse especial. «A Lio lo quiero cerca de la pelota y hoy estuvo cerca de la pelota. Mientras él se divierta con la pelota nos divertiremos todos. No sería lindo el fútbol sin ver a Me- ssi. Hoy hizo cosas bárbaras», reconoce el seleccionador de la albiceleste.Argentina ya tiene su primera victoria. Algo que su entrenador espera que se convierta en una costumbre. Porque ganar es una adicción como cualquier otra. «Cuando uno gana, le toma el gusto. Nos pasó en el 86 y en el 90. A medida que ganen partidos sentirán la necesidad de ganar cada día», dice. Maradona sabe que un campeonato se gana con la cabeza. Y a la cabeza de los futbolistas también se llega por gestos, pequeñas decisiones que convencen a los jugadores de que un Mundial es algo grande. Y no hay nada más grande que ganarlo.
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