Jorge Fernández llama a liderar «la ola del cambio»

BARCELONA- La palabra amuleto la empleó por primera vez el escritor latino Plinio el Viejo para hablar de un objeto que protege a una persona frente a un problema. La atleta Marta Domínguez siempre corre con una cinta rosa que le regaló su abuela y los Estopa no dan un concierto sin un colgante en forma de bellota que les dio su padre. El amuleto del PP catalán es algo más grande, el centro deportivo Can Dragó, el lugar donde han cerrado las dos últimas campañas electorales, las autonómicas y las municipales, en las que han batido un resultado récord, 18 diputados y 453 concejales. Ayer repitieron espacio y formato, un mitin cena con 450 simpatizantes, para despedir la campaña más tranquila que han tenido en años.

Aunque el resultado en Cataluña sigue siendo la incógnita de estas elecciones, las encuestas aseguran un podio al PP. Tanto al candidato del PP por Barcelona, Jorge Fernández, como a la presidenta del partido en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, no les importa ganar el oro, la plata o el bronce, porque su verdadera victoria será recortar la distancia de 17 escaños que les separaba de los socialistas.

El candidato del PP por Barcelona aprovechará la jornada de reflexión para pasar el día con su familia y llevar a pasear a su perra Lola.

El PP catalán cumplió hasta ayer con la estrategia del equipo de Mariano Rajoy de hacer una campaña de guante blanco centrada en reactivar la economía. En su último mitin, Fernández simplificó el mensaje para movilizar el voto a favor del PP: Cataluña no puede ser mera observadora, «ha de liderar la ola de cambio en España», subrayó. Planteó las elecciones como una disyuntiva entre «continuidad y cambio», «socialistas y populares», «crisis y esperanza». Avisó de la importancia de cada voto, y, como ejemplo, puso los dos votos que dieron el noveno concejal al PP en el Ayuntamiento de Barcelona, en un último intento de movilizar a los indecisos. «Imaginen qué pasaría si el domingo no hay cambio», propuso para el día de reflexión. Tras augurar que «el domingo tendremos una gran alegría», admitió que vendrán tiempos de necesaria austeridad.

Fernández fue precedido por Sánchez-Camacho, con la que se fundió en un caluroso abrazo, «de cariño, de verdad, no como el que se dieron Rubalcaba y Chacón», aseguró.
Ni PSC, ni CiU

La presidenta del PP catalán, que previamente había despidido la campaña de Girona en su pueblo, Blanes, con Enric Millo y Alberto Ruíz-Gallardon, apeló al voto útil ante la «dramática» situación económica que atraviesa el país. «El voto al PSC es el voto de la crisis» y «el voto a CiU es irrelevante ahora que la prioridad es plantar cara a la crisis», avisó. Para lograr un Gobierno sólido, que dé un golpe de timón, plante cara a la prima de riesgo, cree trabajo y saque a España de la crisis económica, «sólo hay una opción válida –insistió– votar al PP».

Sánchez-Camacho auguró un resultado histórico el domingo para el PP, que será el colofón al cambio que empezó hace un año cuando obtuvo 18 diputados en las autonómicas que le han permitido influir en la gobernabilidad de Cataluña. «CiU no puede echar en cara a los populares que representan el voto anticatalán porque sin nosotros no tendría presupuestos», recordó.
El domingo verán si cumplen el sueño de ganar a CiU en Cataluña en las generales.