Empacho de fútbol

Viernes, sábado, domingo y lunes, después de martes, miércoles y jueves. Mañana, tarde y noche. Empacho. Las televisiones quieren resarcirse de los dineros que pagan, los clubes se bajan los pantalones ante quienes dirigen el espectáculo, que no son ellos, y viven el trágala resignados.

Este programa, de acuerdo con lo que perciben los clubes de otros países, está mal pagado. Hemos perdido hasta la emoción de los cambios en la clasificación porque hasta el lunes las cifras no son definitivas. Este sinvivir tiene por el contrario la ilusión de ser líderes momentáneos. Parodiando al político que dijo aquello de que España se acostó monárquica y se levantó republicana podríamos hacer lo mismo con la clasificación.

Ayer, antes del Levante-Valencia, ya se decía que podía ocurrir que la Unión Deportiva durmiera líder otra vez y no almorzara en el mismo puesto porque a las doce juega el Madrid con Osasuna. Las mañanas domingueras han sido siempre para los equipos de la periferia. La tarde era sagrada para Primera. El Atlético hizo un ensayo de la «matiné» contra el Espanyol y llenó el campo en temporada en que los vespertinos dejaban ver cemento. A don Vicente Calderón le pareció que aquel horario era propio del Rayo y un club como el Atlético tenía que volver a la tarde.
Florentino Pérez no creo que se sienta ninguneado por abrir el Bernabéu en hora tan impropia. A fin de cuentas se trata de que los asiáticos vean las grandezas del Madrid, pero en pequeñas dosis.

Posdata. ¿Obtienen paga extra los clubes obligados a la «matiné»?