El Constitucional

En los últimos años, mientras nacionalistas catalanes y socialistas creyeron que los miembros del Tribunal Constitucional iban a darles la razón en la sentencia sobre la inconstitucionalidad del Estatut, no creyeron oportuno poner la institución en tela de juicio. Es más, confeccionaron una teoría perversa mediante la cual quien hiciera una crítica lógica por la excesiva tardanza en hacer público el dictamen pasaba a convertirse en un facha español anticatalanista que se aliaba con el PP y se situaba en contra de los deseos de la mayoría del pueblo catalán. Nada les importaba que el referendo del Estatut hubiera sido votado por menos del 40% de los catalanes o que las reiteradas consultas independentistas hayan sido prácticamente ignoradas por la ciudadanía y que se quedaran solos en esta disputa. El tiempo, que acostumbra a poner a cada uno en su sitio, está demostrando que no andaban descaminados quienes interpusieron un recurso de inconstitucionalidad, a tenor de las informaciones que llegan sobre la opinión de los miembros del Constitucional. Por ello, de repente, quienes avalaban al Tribunal, han dejado de hacerlo. Para ellos, carece de legitimidad porque algunos de sus miembros están ahí como de prestado, pues ha cumplido su mandado. Ahora, prefieren ponerlo todo patas arriba antes de que aceptar unas sentencia que rechace el Estatut. Impresentable.