Mango monta un desfile en Shanghái por Jesús Mariñas

El que sí estuvo fue Custo Barcelona, que exhibió la peor colección de su carrera –y eso que en sus tiendas vende con el 70% rebajado–.

Con todo, Mango pone una pica en Shanghái, donde todavía explotan la Expo. No fue ilusión pasajera, como la sevillana del 92, hoy transformada en cenizas. Manolo Prado intentó evitar tal naufragio y hasta el Rey inauguró Isla Mágica, que ahora anda en líos igual que los actuales ERE.

Pero Andic tiene otras hechuras y su empresa internacional es paradigma de competitividad. De ahí que el 19, festividad de San José, traslade su colección a esa China arrolladora. Será la primera marca española que se atreva a tal audacia. Ni la crisis aplaca las ansias expansionistas del industrial barcelonés. De los 17 empresarios «grandes salvadores de la patria», se trata del primero con tanto arrojo, valor y seguridad en lo que vende. Será un buen estímulo.

Como también parece necesitarlos la decaída Norma Duval. Y no porque haya oscilaciones en su amor por el polémico Matthias Kühn, del que, dicen, es lo mejor que le ha pasado en los últimos años. Aunque todos aseguran que cuando dejó a José Frade Norma se quedó con el riñón bien cubierto, le atribuyen problemas económicos que no son más que ansias de recuperar el privilegiado puesto que tuvo en sus años de vedette y presentadora. Parece que negocia exclusiva televisiva. Un gran regreso vía entrevista acaso de Jordi González o Jorge Javier Vázquez. Posiblemente acabe pasando por ambos interrogatorios, o tal me anticipan; llegan incluso a afirmar que Norma podría convertirse en una de las nuevas tertualinas de «Sálvame» en vista del exitazo de Charo Vega. Cómo le sentará a Norma compartir tertulia con muchos de los que en tiempos la descalificaron y que, en algunos casos, cuentan hasta con querellas por intromisión en su intimidad. Tienen interés en contratarla pese a las dificultades y al favorable cambio que Norma experimentó con los medios tras divorciarse de Frade. Imagino que llegarán al acuerdo y todos pasarán por el aro procurando olvidar lo que no les conviene tener presente. Y si no, al tiempo.