Fogarasi: detrás del biombo

En 1969, el régimen comunista de Hungría trató de aprovechar el prestigio de Victor Vasarely, artista abstracto de ese país, para dar una imagen exterior de modernidad con una gran exposición. Vasarely fue engañado. Ninguna de sus condiciones se cumplió, pero en la inauguración de la muestra, otro artista, János Major, se paseó entre la concurrencia con un cartel que decía: «Vasarely, go home». No hay documentos ni imágenes, pero ese hecho ha pasado a tener categoría «de mito», según Fogarasi. En el vídeo que abre la exposición, personas presentes aquel día recuerdan los hechos con versiones discrepantes. «Vasarely era alguien que sólo buscaba hacer mejor el mundo a partir de la estética», decía ayer Fogarasi, que desdobla en tres partes la pregunta sobre la relación entre el arte y la identidad nacional.

Mientras en el vídeo se narra el contexto social y las malas artes políticas con las que engañaron al artista, unas fotografías instaladas en pesados biombos de mármol muestran a las personalidades en aquella inauguración y cuestionan si su asistencia a una exposición de arte abstracto no era una apropiación de la creación ajena, fuera comprendida o no.

Logotipos y promoción
Fogarasi también se pregunta por las formas del mobiliario urbano (jardineras, bancos, carteles) robadas a la geometría abstracta, en una parte que da título a la muestra: «La ciudad de color». Cerrando el círculo de la representación nacional y el arte, una última parte de la exposición representa los logos de los institutos que promocionan la cultura (Cervantes, Goethe, British Council...) sin el nombre. Logotipos en la piedra como postales de recuerdo.

Qué: «La ciudad de color/Vasarely go home».
Dónde: Museo Reina Sofía. Hasta el 9 de enero.
Cuánto: 6 euros.