Barcelona
El desayuno por Fernando Rayón
Cuando el pasado viernes por la tarde Don Juan Carlos y sus dos principales asesores, el Jefe de la Casa, Rafael Spottorno, y Javier Ayuso, director de Relaciones con los Medios de Comunicación, decidieron escribir una carta a los españoles estaban ya suficientemente armados de motivos.
El propio Rafael Spottorno había asistido al desayuno que el presidente de la Generalitat Artur Mas había ofrecido esa misma semana en Madrid y así, lo que había visto de las manifestaciones en Barcelona, más las declaraciones de los líderes de CiU, se veía confirmado por boca de su principal líder: la apuesta de su partido por la independencia de Cataluña; algo ante lo que en la Casa no podían guardar un cómplice silencio.
El Rey y sus asesores pensaron entonces en el formato de una carta. Algo que parecía conveniente, sobre todo porque esa misma semana habían anunciado a los medios que la nueva web serviría para que, de vez en cuando, Don Juan Carlos pudiera transmitir a los ciudadanos sus preocupaciones y reflexiones.
Pero aunque la forma resultaba novedosa –recordemos que hasta ahora Don Juan Carlos tenía que esperar a los discursos navideños o a cualquier otro que hiciera con motivo de algún acto– lo importante era el fondo de la cuestión. Cataluña era un argumento sobrado, pero también lo eran las manifestaciones anunciadas para ese fin de semana y también, porque no decirlo, las dudas de algunos líderes del principal partido de la oposición sobre ambas cuestiones. Porque la carta, según fuentes de la Casa, es un mensaje al treinta por ciento a tres colectivos: independentistas catalanes, sindicatos y partidos políticos. Y los acontecimientos del fin de semana no hicieron más que remachar las ideas que ya tenía pergeñadas Don Juan Carlos.
Hubo que esperar al lunes, al tradicional despacho del Rey con el Presidente del Gobierno para que éste conociera la misiva. A Rajoy le pareció bien y únicamente decidieron esperar a que concluyera el acto de Apertura del Año Judicial para colgar la carta: a las 13.30 estaba ya en pantalla… y, poco después, en las portadas de todos los diarios on line.
La carta es una llamada a la unidad. Nada nuevo. Don Juan Carlos ha apelado a ella en momentos de crisis y especialmente en estos. Pero hay algo más. Esa unidad –dice el Monarca– sólo la conseguiremos si recuperamos los valores «de las mejores etapas de nuestra compleja historia»: esfuerzo, mérito, generosidad, diálogo… Es un mensaje para partidos, sindicatos y diferentes colectivos, pero también para cada uno, para cada español. Y es que hasta que no seamos capaces de renunciar a esa verdad exclusiva que cada uno tenemos, y a la que se refiere el Rey, no empezaremos a valorar la de los demás. Es una receta sencilla, pero a la vista de lo que está ocurriendo en España, bastante pertinente y eficaz.
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