Crisis del PSOE

Rubalcaba hace ahora del empleo una «causa nacional» para el pacto

Hace una encendida defensa de lo público, dice que no se resigna y llama al PSOE a «quitar la careta» al PP 

Rubalcaba alerta del riesgo de pasarse en «la dosis de ahorro»
Rubalcaba alerta del riesgo de pasarse en «la dosis de ahorro»larazon

«No busquéis en mí resignación, ni nostalgia, ni melancolía. No me voy a dejar ganar, y vosotros tampoco». Con estas palabras cerraba ayer el candidato del PSOE a las generales la Conferencia Política de la que han salido este fin de semana las bases del programa electoral de los socialistas. No ha sido un cónclave de confrontación, ni de acalorado contraste, ni de intenso debate. Más bien tres días para mayor lucimiento de Rubalcaba y para una defensa encendida de lo público. No se recuerda una «tormenta de ideas» más tranquila en el socialismo. Claro que barones con poder institucional apenas quedan –sólo Griñán y López-, y los secretarios generales, debilitados tras la debacle del 22-M, tampoco están para cuestionar ningún mandamiento.

Así que la tercera y última jornada del cónclave del PSOE echó el cierre con el discurso de un candidato que sin levantar pasiones, espoleó a la militancia para que no se deje ganar el 20-N. Bajó la escalinata que conducía al escenario del Palacio Municipal de Congresos de Ifema, en solitario, y después de que lo hubieran hecho antes que él Manuel Chaves, Felipe González, Zapatero, Marcelino Iglesias y Valenciano. Cuando él hizo el paseíllo las bases ya habían perdido efusividad en el reparto de abrazos y besos. A sí que su irrupción en el escenario quedó tan fría como desangelada.

El calor sólo llegaría con las palabras del candidato que se marcó un discurso profundamente ideológico y de contraste con la derecha hasta llegar a una nueva propuesta: un gran acuerdo nacional por el empleo que incluya a Comunidades, partidos políticos, empresarios y sindicatos. «Siempre –proclamó- defendimos grandes acuerdos y fuimos capaces de unir a los españoles cuando se ha necesitado».

Tras hacer una defensa cerrada de lo público, en especial de la Educación («la niña bonita») y la Sanidad («intocable»), llamó a los suyos a «quitar la careta» al PP y a defender las señas de identidad y código de genético de un PSOE al que erigió en único garante de las «transformaciones, los grandes cambios y el reconocimiento de derechos y libertades». Porque en estas elecciones, más que nunca, a su juicio, «importan los partidos y las ideas. La de ahora –añadió- es una encrucijada que se juega en el tablero de la política».

Ante el aún presidente del Gobierno, Rubalcaba habló durante casi una hora ante los suyos y expresó tener dudas razonables sobre si España se estará «pasando en las dosis de ahorro» a riesgo de minar el crecimiento y la creación de empleo. Inmediatamente aclaró que no pretendía «bajar la guardia» en la lucha contra el déficit, pero sí sugerir otra forma de «medir los tiempos y los ritmos para que la política de austeridad no sofoque el crecimiento y la creación de empleo». La salida de la crisis: «De ser europeísta, socialdemócrata y modernizadora», dijo. Última arenga: «Tenemos un gran problema, el empleo; un gran objetivo, la igualdad; y un gran aliado, el cambio».

 

López, el más solicitado
El Comité Electoral del PSOE no quería más protagonismo que el de Rubalcaba en los tres días que duró la Conferencia Política. No es una impresión, sino un dato. Aún así, si alguien le «robó» al candidato algunos planos fue el lehendakari, Patxi López, que a diferencia de otros no tuvo reparo en pasearse por los corrillos, charlar con los periodistas que le demandaban y hasta compartir tabaco, en la calle, claro. Otros, como Chacón buscaron de antemano el micrófono. La ministra hará un «canutazo», avisó su gente antes de su llegada. La catalana quería cargar contra CiU y PP, y lo hizo antes de entrar a escuchar a Rubalcaba, a quien muchos quisieron abrazar tras el discurso. Chacón no fue el caso. Mientras otros aguardaban la fila para el apretón de manos al candidato, ella salió de estampida por la puerta de atrás del salón de actos. ¿Espera al 20-N para entrar por la principal? Apuestas.


Del burka a los partidos del odio

- Entre las resoluciones aprobadas destaca el compromiso de abrir un debate sobre el uso de prendas «discriminatorias» para la mujer, como el burka.
- Reformas para ilegalizar organizaciones y partidos que vulneren las libertades y derechos fundamentales mediante la difusión de ideas de odio ideológico.
- El PSOE se compromte a impulsar una nueva ley de Libertad Religiosa y de conciencia, que incluya un observatorio de laicidad. Nada nuevo.
- Los socialistas quieren revisar algunas ayudas sociales para evitar la dependencia crónica de las mismas y perseguirá el uso fraudulento de las mismas.