Hollywood

Medal of Honor: tan real como la guerra misma

Durante muchos años «Medal of Honor» fue un referente en el género de los videojuegos bélicos. La serie, creada por Steven Spielberg en 1999, sigue la línea de otras superproducciones del Rey Midas de Hollywood como «Band of Brothers» (2001) y «Salvar al soldado Ryan» (1998)

Medal of Honor: tan real como la guerra misma
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Hasta ahora, la serie se había centrado en combates ambientados en la Segunda Guerra Mundial. Este era, junto al realismo de sus secuencias, el sello distintivo de la saga que ha estado fuera del mercado en los últimos tres años. Ahora, la nueva entrega se desarrolla en el actual Afganistán y viene con una misión muy clara, no la de liberar la civilización occidental de sus males, sino la de recuperar el prestigio perdido. Para ello han creado su nueva aventura partiendo de cero. Algo que la beneficia al no tener que contar con la carga de un motor gráfico obsoleto o una jugabilidad anticuada.

En esta ocasión el jugador se pone en la piel de un soldado de infantería destacado en Afganistán. Junto al resto de su batallón, se enfrenta de forma realista contra las tropas de los talibán desperdigadas por la zona. Para dotar de mayor verisimilitud las acciones a desarrollar, Electronic Arts ha contratado como consultores a militares en activo destacados en diferentes zonas de combate. De esta manera se garantiza la autenticidad de sus secuencias, tanto en las escenas de combate como en las misiones de rescate y en las de infiltración.

Pero el realismo ha sido llevado a cuotas consideradas excesivas por muchos sectores al ofrecer la posibilidad de combatir al lado de los talibán en el modo multijugador. Es cierto que ni la censura, ni la mal llamada autocensura, están casi nunca justificadas. Pero esto no es incompatible con aplicar un poco de sentido común, muchas veces –demasiadas– el menos común de los sentidos. Tiene razón Amanda Taggart, relaciones públicas de EA, que extrañada por la situación en la que ha quedado su empresa, alega que es habitual en muchos juegos incluir la posibilidad de combatir por un bando u otro. Pero quizá debería ver que existen unas significativas diferencias con interpretar a piratas, bandidos en el salvaje Oeste o combatir contra los jedis en los distintos videojuegos de «Star Wars».

Diferencias irreconciliables

Lo que estos juegos tienen en común frente a «Medal of Honor» es que entre los jugadores no hay familias destrozadas por las acciones ocasionadas por un ataque de la Estrella de la Muerte. Voces críticas como las de los ministros de Defensa canadiense, belga o británico han puesto en su punto de mira a este videojuego que tiene prohibida su venta en las bases militares norteamericanas.

Polémicas aparte, «Medal of Honor» es un gran juego bélico. Sigue lejos de la jugabilidad y calidad de la serie «Call of Duty», pero es, de todos los clones que pretenden arrebatarle el trono a CoD, el que tiene más posibilidades de acercarse a ello, eso sí, en un futuro todavía lejano.