Los Ángeles
Odom el extraño «amigo» de Pau
Casado con una de las hermanas Kardashian, el pívot de EEUU y los Lakers tiene una vida de película. Hoy se enfrenta a España
MADRID- El imprescindible extravagante. Así puede definirse a Lamar Odom. Casado con una de las hermanas Kardashian, es el sexto hombre de los Lakers ganadores de los dos últimos anillos de la NBA. Pieza imprescindible en el triángulo ofensivo de Phil Jackson y que tiene visos de ser igual de esencial en el esquema de Mike Krzyzewski durante el inminente Mundial, que arranca el próximo 28 de agosto, con la reconquista del título que aún posee la selección española marcado en rojo en la pizarra.
Para empezar, «Coach K» ya ha anunciado que en el ¿amistoso? de esta noche ante España (21.00 horas, LaSexta), Odom formará en el quinteto titular. Y es que como recuerda el «7» –número favorito de su abuela– de los de oro y púrpura, hoy en La Caja Mágica, se reencuentran viejos conocidos.
«Es evidente que somos profesionales y queremos ganar cada vez que pisamos una pista, así que si, además, los dos tenemos cuentas pendientes por el Mundial, nosotros, y por los Juegos Olímpicos, ellos, con más motivo. Sin duda, España es uno de los mejores y más completos equipos del torneo», añade acto seguido.
Pero el respeto es extensible al resto de combinados nacionales. «No vamos a menospreciar a nadie, tenemos que respetar a todas las selecciones que estarán en el Mundial, porque de la primera a la última serán competitivas en Turquía». Lección aprendida. O al menos de eso intentan convecer a todos, a pesar de tratarse de un equipo muy joven –salvo contadas excepciones como el propio Lamar Odom o Chauncey Billups–.
«Somos conscientes de que todo el mundo quiere jugar y dar el máximo para decir que hizo morder el polvo a Estados Unidos, ahí está el aliciente y la diversión para nosotros», comenta. Como si de un juego se tratase. Como un pasatiempo más. Así se lo toma todo este niño grande de 2,08 –que bota y pasa como el mejor base– apodado «Candyman» por su enfermizo vicio por las chucherías.
Chicles, gominolas, cookies, chocolatinas... La más mínima porción de azúcar debe estar presente y estrictamente colocada en la parte de atrás de su todoterreno cada vez que se sube al coche. Por algo tiene contratada a una persona exclusivamente para que desvalije los estantes de dulces de los supermercados en Los Ángeles, mientras él entrena con Kobe Bryant, Pau Gasol y compañía.
La Señora Odom
Precisamente ambos, Kobe y Pau, fueron dos de los invitados el septiembre pasado a la rimbombante boda del jugador con Khloe Kardashian. Toda una «celebrity» al otro lado del Atlántico, atrapó al bueno de Odom con un romance relámpago, pues se conocieron en una fiesta de Hollywood apenas un mes antes. Su relación se ha convertido en casi cuestión de estado en Estados Unidos por sus excentricidades. ¿La última? Un Rolls Royce de «sólo» 350.000 euros como regalo de la multimillonaria hermana a su marido por enfundarse su segundo anillo de campeón de la NBA.
Precisamente, los mismos que tiene Pau Gasol, con el que no ha hablado demasiado de la cita turca. «Mañana (por hoy) veré a mi amigo español», responde en perfecto castellano. «Le llamé para quedar estos días, pero tenía el teléfono apagado», añade de nuevo en la lengua de Shakespeare.
Neoyorquino de Queens y, como no podía ser de otra forma por su condición de jugador total, fan empedernido de Magic Johnson, Odom siempre ha sido un referente en la NBA, sobre todo en los Clippers, que le eligieron en 1999. Allí, abanderó la generación de talentos rebeldes recién salidos de las aulas junto a Darius Miles, Quentin Richardson o Corey Maggette.
Ahora, Odom ha madurado –la muerte súbita de su bebé de seis meses tuvo buena culpa de ello– y es un excepcional jugador de rotación. No le preocupa tener que incrustarse en la pintura por una plantilla plagada de bases, pero con Tyson Chandler como único «5» puro. «Aquí tengo otro rol, el estilo de juego internacional es distinto. No es mi posición, pero con tal de estar en este equipo, lo que haga falta: pívot, entrenador, chico de las toallas...», bromea con sus rodillas y espalda forradas en hielo tras el entrenamiento. ¿En las manos? No, ahí, no. Ahí, tan sólo hay espacio para dos cosas: un balón o una chuchería, por supuesto.
Un duelo de reencuentros
El partido de esta noche entre España y Estados Unidos será el reencuentro entre dos potencias con cuentas pendientes. Así, los de Krzyzewski no olvidan que, pese a caer ante Grecia, el poseedor del cetro mundialista es España. Lo mismo sucede en la concentración española, donde aún escuece la derrota en la final de los Juegos. Pero, sobre el parqué de La Caja Mágica también habrá reencuentros personales como el de dos «grizzlies»: Marc Gasol y Rudy Gay. Aunque, sin duda, todo el morbo estará depositado en Rudy Fernández. Multado con 25 mil dólares por la NBA al mostrar su descontento con la situación que vive en los Blazers, tendrá en el otro banquillo a su técnico, Nate McMillan, como asistente.
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