Estados Unidos

Kate y Guillermo blindan su amor

Son jóvenes y están enamorados. Van a protagonizar la boda del año, pero tan sólo unos días antes la voz de la experiencia ha recordado al príncipe Guillermo que no todos los cuentos de hadas tienen un final feliz. Los abogados británicos expertos en divorcios han recomendado al heredero firmar un acuerdo prenupcial con Kate Middleton antes de cortar la tarta.

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Nadie quiere hablar de este tipo de cosas en medio de los preparativos, pero no hay que obviar que la familia real es experta en matrimonios fallidos y ante la ley, cuando el amor se acaba son como el resto de los mortales. No hay más que echar un vistazo a los antecedentes: tres de los cuatro hijos de la reina Isabel II están divorciados.

El caso de Carlos es el más notorio. Aunque el príncipe de Gales y Diana se separaron en 1992, no fue hasta 1996 cuando firmaron los papeles que ponían fin legalmente a su relación. Según contó en 2004 al «Sunday Telegraph», el ex asesor financiero, Geoffrey Bignell, Lady Di arrambló con la fortuna de su ex quien la entregó prácticamente todos sus «ahorros» personales.

Con todo, se cree que Carlos no aprendió y por deseo propio tampoco quiso firmar ningún acuerdo antes de casarse con su segunda mujer Camilla, la que realmente ha sido el amor de su vida. Mientras que algunos aseguran que hablar ahora de este tipo de cosas es algo de mal gusto, otros, como Matthew Brunsdon Tully, profesor de Derecho deFamilia en la London School of Economics de Londres, consideran que es necesario y que en un futuro se podría evitar malgastar tiempo, dinero y sufrimiento.

«Con las tasas de divorcio más altas de todos los tiempos es prudente que, al menos, se considere que podría suceder», matiza.Es cierto que Guillermo y Kate se conocen desde hace ocho largos años, que han convivido y que han pasado por una ruptura que no ha hecho más que afianzar su relación, pero siendo realistas ¿tienen una varita mágica que les asegure amor eterno?

Familias de dinero
A priori, el heredero tendría mucho más que perder si su matrimonio fracasara. Empezando porque podría perder el anillo de compromiso de su madre, la princesa Diana. Guillermo se lo dio a su novia para que de alguna manera quedaran unidas las dos mujeres que han marcado su vida, pero ¿se lo tendría que devolver si las cosas no marchan bien? En cuestiones económicas, Guillermo tampoco sería un ex cualquiera. La herencia de su abuela, la reina de Inglaterra se estima que ronda los 290 millones de libras, según la lista de las personas más ricas del país elaborada por «The Sunday Times».

Las arcas de los Middleton tampoco son despreciables. No se sabe a ciencia cierta cuánto acumula su exitoso negocio de venta «on line» de artículos de fiesta infantil, pero para la boda los padres de la novia podrían pagar 100 mil libras (113.000 euros) para sufragar, entre otros, los gastos de las suites de lujo donde se alojarán la noche antes del gran día.

Aunque más que el dinero, en caso de que los jóvenes hayan firmado un acuerdo –tema sobre el que no quiere pronunciarse Clarence House– a Kate se le habría podido presentar una cláusula de confidencialidad para que no concediera las entrevistas que en su día realizó Diana. Y es que, desde hace años, a la familia real británica se la conoce en Reino Unido como «La firma». Cualquiera que trabaje con ellos debe rubricar un contrato para mantener la boca cerrada.

Los acuerdos prenupciales son comunes en algunos países, como en Estados Unidos, pero en Gran Bretaña siguen siendo escasos y hasta el año pasado los tribunales no los aceptaban en caso de divorcio. Katrin Radmacher, la heredera de una de las grandes fortunas alemanas, fue la responsable del cambio histórico. Cuando se casó con el francés Nicolás Granatito en 1998, la pareja firmó un pacto por el que se comprometían a que en caso de divorcio ninguno de los dos solicitaría parte del patrimonio del otro.

El acuerdo era válido en Alemania y en Francia, pero no en Inglaterra donde el matrimonio tenía su residencia. Cuando se les acabó el amor, un tribunal de menor instancia concedió al ex esposo 5,8 millones de libras, lo cual fue reducido por una corte de apelaciones a un millón más la pensión alimenticia. Pero Radmacher no se dio por vencida y llevó el caso hasta la Corte Suprema de Justicia que acabó dándole la razón.

Para la ocasión, la multimillonaria alemana contó con Fiona Shackleton, la abogada más influyente del país para este tipo de casos. Ha protagonizado los episodios más sonados, como el de Paul McCartney y Heather Mills. Aunque su fama de sabuesa astuta y sin escrúpulos empezó en 1992, cuando defendió al príncipe Andrés al separarse de Sarah Ferguson.

Los expertos quedaron tan impresionados que uno de los letrados más importantes de la época, lord Gooldman, le aconsejó al príncipe Carlos que la contratara durante su divorcio con la princesa Diana. Esperemos que su contacto con la familia real no se retome en el futuro.

Kate, mucho más que una marca
La joven Middleton se ha convertido en la mejor marca para Reino Unido. Es una mujer segura y sofisticada que podría inyectar a la economía de las islas hasta 2.000 millones de libras (más de 2.250 millones de euros) a través del turismo, la moda e incluso las ONG´s. Y es que, mientras que Diana consiguió convertirse en la reina de las organizaciones benéficas tras su divorcio con Carlos, Kate ha empezado su colaboración con ellas desde el momento del compromiso.

Los expertos aseguran que no les extrañaría que su legado económico fuera más importante que el de los Juegos Olímpicos. «VisitBritain» asegura que el día del enlace habrá 600.000 turistas más que la media, lo que podría generar hasta 50 millones de libras. En cuestión de moda, está superando incluso el efecto de Michelle Obama. Además, las revistas lo tienen claro. Después de que la foto de Kate y Camilla almorzando juntas generase 40.000 libras sólo en Reino Unido, se calcula que una instantánea de los recién casados en actitud cariñosa podría alcanzar el millón de libras.