Balón de Oro
«Hat trick» Raúl
No me gusta hablar de «hat trick» cuando un futbolista ha marcado tres goles, es decir, una tripleta, porque hay demasiadas palabras de origen inglés en nuestro idioma. Don Valentín García Yebra, académico que acaba de fallecer, pregonaba la necesidad del neologismo y recordaba que por el camino del préstamo, como córner y penalti y muchas veces por el calco, como balompié, hablamos de líder y fútbol, palabras bendecidas por la Academia.
Puestos a aceptar intromisiones, ellas deben aceptarse en su auténtico sentido. Por ejemplo, Raúl se anotó un «hat trick» jugando con el Schalke 04. Benzema marcó tres tantos al Auxerre, otros tres al Levante, el mismo número que Cristiano Ronaldo, pero en estos casos no hubo «hat trick». Para que la tripleta (conjunto de tres personas animales o cosas) tenga tal valoración, los goles han de ser marcados de manera consecutiva. El equipo de Raúl ganó por 3-0 y el Madrid por 4-0 y entre los tres tantos de Karim Benzema hubo uno de Cristiano Ronaldo. Las dianas del delantero francés no fueron consecutivas. Tampoco lo fueron contra el Levante en la Copa del Rey al igual que las de Ronaldo.
Hay algunos puristas que incluso afirman que el «hat trick» sólo es realmente auténtico cuando los tres goles se marcan en la misma portería. (Triplete es secuencia de tres nucleótidos en ácido nucleico). No hay que llegar a tanto. Esta denominación con la donación del balón al goleador es imitación del sombrero que se regala en el críquet al conseguir los llamados tres «wickets». Lo plausible no es la correcta denominación del hecho, sino el número de goles.
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