Argentina

Vete por ahí «española» por Inocencio F Arias

Vete por ahí «española» por Inocencio F Arias
Vete por ahí «española» por Inocencio F Ariaslarazon

Sin digerir aún el trago del asalto «patotero» y taimado de la señora Kirchner a Repsol, llega la noticia de que una diputada argentina crítica con la nacionalización ha sido insultada con el apelativo escueto de «española» por diputados peronistas. La opositora ha hablado de opacidad del Gobierno, de corrupción, no sabemos de qué esferas, y de desgobierno energético. Algo de qué reflexionar en Argentina. Pero también nosotros debemos reflexionar. Que los palmeros de la Presidenta argentina entonen que «han recuperado un poco de lo que nos faltaba: el orgullo de ser argentino» o que «la bandera argentina, que parecía una pieza de museo, hoy cobró valor» no deja de ser una cursilada demagógica a la que son aficionados bastantes peronistas rioplatenses. No se entiende cómo el peronismo sedujo a la señora Repsol para meterse en la cama con ella hace pocos años, la tildaba de empresa modelo hace cuatro meses y, ahora, el orgullo de una nación importante y con historia como la argentina se recupere con la nacionalización. La recuperación de las Malvinas o de cualquier voraz multinacional impuesta por una guerra serían más consecuentes para recobrar el orgullo. Las frases citadas son eslóganes un tanto infantiles, pero lo que nos debe hacer cavilar son dos constataciones palmarias: la primera es que la votación en el Congreso argentino ha tenido una mayoría abrumadora, insólita. Que los radicales y otros grupos menos populistas que los peronistas apoyen la medida sin mayores fisuras da que pensar; que el calificativo de «española» pueda ser utilizado como arma arrojadiza, vituperan en resumen a una nación que ha sido muy generosa con los gobiernos peronistas, abre un tanto las carnes. La segunda es que el desmán peronista encuentra no el aplauso, pero sí el silencio o la comprensión de otros iberoamericanos. Fustigar a España –hemos sustituido en algunos demagogos al imperio yanqui– no está mal visto en varios círculos del continente. A pesar de que nuestras empresas resisten el test de la seriedad si las comparamos con las de otros inversores. Como era de esperar, algún vocero de la oposición española sale por el registro fácil de que esto ocurre por la debilidad(?) de Rajoy. Leemos incluso que Sarkozy se atreve por ello a hablar del estado decrépito de España. Este cainismo da risa. ¿Pero no se ha hartado Sarkozy de repetir que España está mal porque el socialista Zapatero la ha dejado hecha unos zorros mientras que la señora Merkel y el señor Monti manifiestan que España está ahora haciendo seriamente los deberes?