Salamanca

«No hay dinero para pagar esta casa»

«No hay dinero para pagar esta casa»
«No hay dinero para pagar esta casa»larazon

La crisis afecta a todos por igual, aunque María José Cantudo confiesa que no está pasando por un mal momento económico, ha decidido poner en venta a través de la web idealista.com «su joya inmobiliaria» por 2.750.000 euros. Es el piso donde la actriz ha vivido desde los veinte años y que con tanto mimo ha decorado, como muestra en el pintoresco vídeo de la inmobiliaria on-line, por eso asegura que no hay dinero para pagar esta casa: «Está hecha con los mejores materiales, tiene un baño maravilloso y mármoles de tres metros importados del extranjero. Elegí lo mejor porque era mi casa definitiva, ya que si hace tiempo hubiera pensado venderla, no hubiera hecho tantas reformas», asegura.

La artista, con esta decisión, deja atrás su vida en la calle Serrano y lo hace por un capricho: otra casa con «el mirador de mis sueños», comenta. Está tan enamorada de ese cenador, por el que lleva treinta años esperando, que no ha dudado en renunciar a su «sueño de juventud». «Si mi cenador estuviera en Alcorcón, allí me iría», asegura, pero, precisamente, no está en esta localidad, sino en una de las calles más importantes del centro de Madrid, de la que rehúsa ofrecer más detalles. Le echó el ojo cuando tenía más ilusiones que dinero, y hace un año pusieron la casa a la venta, así que Cantudo no lo dudó y la compró inmediatamente.

Pero todo sueño tiene un precio, y éste conlleva vender «el pisazo» de 400 metros cuadrados del barrio de Salamanca. «Lo vendo con todo el dolor de mi alma», dice, y añade: «Ojalá fuese Rockefeller, pero desgraciadamente no puedo mantener dos casas en una zona como ésta».

Una hormiguita

Enamorada de la decoración, apunta que la colección de muebles antiguos y otras «reliquias», no se consiguen «ni teniendo mucho dinero», ya que, según explica, ella ha trabajado como «una hormiguita» para tener todo lo que ahora disfruta. «Incluso he tenido que pagar algunas piezas del mobiliario a plazos», confiesa. Objetos que, por supuesto, se llevará a su nueva casa.

Así que, mientras consigue que algún adinerado compre su valiosa propiedad, ya piensa en la mudanza. Pero no se conforma con que cualquiera se haga con la que fue en su momento la casa de sus sueños y se muestra exigente con el comprador potencial. «Quiero que quien habite aquí lo haga con cuidado, cariño y, sobre todo, mucho respeto», advierte.