Bruselas

La UE fracasa y no reúne el billón de euros del fondo de rescate

Los ministros de Economía de la eurozona han admitido que, debido a las turbulencias financieras, no podrán reforzar el fondo de rescate para países endeudados hasta alcanzar un billón de euros y se quedarán en la mitad de esta cantidad. > El nuevo pacto de estabilidad exigirá reducir el déficit a cero en 2016

Elena Salgado, posa con, de izquierda a derecha, Olli Rehn, Mario Monti y Jean Claude Juncker
Elena Salgado, posa con, de izquierda a derecha, Olli Rehn, Mario Monti y Jean Claude Junckerlarazon

Bruselas- En un ambiente cada vez más lúgubre sobre el futuro del euro, los ministros de Finanzas de la moneda común se reunieron ayer en Bruselas para dar dos pasos modestos en su lucha contra el reloj para proteger a la eurozona frente a unos mercados que han perdido la paciencia y ya no distinguen entre justos y pecadores. A última hora de la tarde, los diecisiete aprobaron el desembolso de los 8.000 millones de euros retenidos a Grecia, pertenecientes aún al primer rescate, y otros 11.000 millones a Irlanda, tras recibir el compromiso de Gobierno y oposición helenos e irlandeses con las reformas. Según explicó a su llegada la vicepresidenta primera en funciones, Elena Salgado, la contribución española será de 750 millones de euros, que financiará acudiendo a los mercados.

 

Los socios del euro también terminaban de pulir los detalles de la ampliación del fondo de rescate europeo (FEEF), que aspiraban a multiplicar por tres o cuatro, desde los algo más de 250.000 millones de euros actuales, gracias a la extensión de garantías parciales y participación ajena a la eurozona.

 

Sin embargo, se pudo constatar lo que el propio gestor del fondo, Klaus Regling, ya predijo días atrás, que esta Facilidad Europea para la Estabilidad Financiera no alcanzará el billón de euros largo que pretendía reunir para blindar la eurozona tras el escaso entusiasmo mostrado por los inversores en su gira por China y Oriente Medio, pesimismo que compartían ayer la mayoría de ministros de finanzas europeos.

 

La ampliación del fondo a través de esta compleja ingeniería financiera fue vendida como el escudo alternativo al Banco Central Europeo (BCE) para cubrir la estampida de inversores que huyen de la deuda soberana de la eurozona. Pero desde la cumbre europea del 26 de octubre, en la que se decidió apostar por esta vía, la hemorragia de confianza sólo ha aumentado, dejando casi como única cura definitiva una compra masiva de bonos de los países en apuros por parte del BCE, según insiste la mayoría de socios, analistas o la OCDE.

 

Sin embargo, Alemania sigue sin emitir la más mínima señal para flexibilizar su oposición sin fisuras a esta involucración del eurobanco. O al menos no hasta que presente en sociedad, con el apoyo de Francia, su hoja de ruta para reforzar la disciplina fiscal en la zona euro. El objetivo será lograr el déficit cero en 2016, según adelantó ayer París, con castigos más automáticos y duros para los incumplidores, y circunvalando, si es necesario, los poderes comunitarios para agilizar su puesta en marcha. Es la nueva «Unión por la Estabilidad» que la canciller Angela Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, cocinan a espaldas del resto de capitales y Bruselas y que presentarán el próximo 9 de diciembre.

 

El ministro holandés de Finanzas, Kees de Jager, también apuntó que Alemania, Holanda y Finlandia buscan un «mayor papel» del FMI en el fondo aumentando los recursos de la institución financiera, específicamente de los derechos especiales de giro, o de préstamos bilaterales, o mediante ambas opciones, explicó.

 

Con cada día que pasa, el aumento de la presión de los mercados financieros es directamente proporcional a la cacofonía de propuestas, discursos y desmentidos desde Bruselas y las capitales, incluidos posibles rescates a Italia o España. En medio de esta caótica gestión de la crisis, en la que ni las críticas externas e internas han logrado sacar a los jerarcas europeos de su aturdimiento, la ministra de Economía en funciones, Elena Salgado, volvió ayer a subrayar que nuestro país no necesitará acudir a ninguna ayuda externa, tenga la forma que tenga, y tal como el nuevo Gobierno del PP ha insistido. «España está financiándose por sus propios medios razonablemente bien en los mercados, dadas circunstancia», comentó.