Carmen Lomana
Alfonso Díez consigue la excedencia por Jesús Mariñas
El nuevo Duque de Alba empezó el año reprogramando su vida laboral como en octubre lo hizo con la sentimental junto a Cayetana. La pareja funciona y van encajando. Alfonso mantiene un inteligente distanciamiento de los encontronazos entre la madre y sus hijos, que parecen haberse reanudado tras la tregua. Él no interviene y les deja hacer mientras la Duquesa, que rebosa felicidad, anda un tanto encalabrinada y ha reaccionado mal a la iniciativa de poner el Palacio de Liria a disposición de bodas y banquetes. De nada le sirve saber que el palacio sanluqueño de los Medina Sidonia está parcialmente reconvertido en hospedería, que los de Alburquerque, tan ligados a la Casa Real, alquilan sus mejores instalaciones gracias al empuje moderno de Blanca Suelves, que aconseja bien a Joanes Osorio, este grande de España de los que magnifican la dinastía. Ni siquiera que el marqués de Griñón ponga para idéntico fin, en manos de la cada día más estabilizada Tamara Falcó, parte del patrimonio palaciego reconvirtiendo la finca almenada de «El Rincón», en Aldea del Fresno. Su padre le deja que haga y deshaga para afianzar su hasta ahora casi inédita vida laboral. Tiene futuro porque encanto no le falta y trabaja junto a su hermanastra Ana Boyer. Hacen buen tándem. «Tamarita» se ha hecho mayor como el actual y recién estrenado duque de Fernandina, hijo de Leoncio de Gregorio, que tras un contencioso fraternal, finalmente reivindicó el título que su tía Pilar rehabilitó en su día. Ella ya no podrá seguir usando ese ducado familiar y baja de Pilar Fernandina a Pilar de Gregorio. También proyecta reconvertir en casa rural la atestada vivienda familiar de Soria, «porque de otra manera no hay manera de sostenerla», suspira sin reparar en los 17 millones de euros que, según cuentan, fue la herencia de su progenitor.
Por su parte, el recién estrenado Duque de Alba puede presumir de estar afianzado entre el clan sevillano. Se lo disputan cuando a mediodía sale del Club Pineda donde se pone en forma. Alfonso es un alarde de prudencia: mide los pasos, las acciones y las palabras hasta el punto de no haberse pronunciado todavía sobre las dos proposiciones de trabajo que le ofrecieron en la capital bética, ya en puertas de sus grandes días mayores de Semana Santa, la Feria de Abril y el certamen de moda flamenca que homenajea simultáneamente a Nati Abascal y a Litri padre. La diseñadora Juana Martín estará yendo y viniendo de Cibeles a la pasarela andaluza. Entre sus clientes figuran Eugenia Martínez de Irujo y Gloria Lomana, que puso de los nervios a su «no pariente» Carmen Lomana por la vistosidad de su Chanel. Si yo les contara el berrinche de la rubia platinada... Es para no creer, como la cautela de Alfonso Díez a quien, de momento, le han concedido la excedencia por un par de años. El aplazamiento coincidiría con su jubilación. De momento vive de sus ahorros porque la Casa de Alba no está para alegrías financieras.
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