Grecia

El Banco de España admite el contagio de Irlanda

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Ordóñez, reconoció ayer que los efectos de la crisis de deuda irlandesa «se han dejado sentir» en España, si bien matizó que en menor medida que sobre Grecia y Portugal

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez
El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñezlarazon

Durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Senado, Ordóñez se refirió a la «rápida» extensión de los efectos derivados de la difícil situación de Irlanda sobre los países periféricos, y reiteró la necesidad de mantenerse «vigilantes» ante el rebrote de la presión de los mercados de las últimas semanas. El gobernador descartó cualquier comparación entre Irlanda y nuestro país, aunque, según dijo, «no se puede ignorar que España está en una lista», lo que se va a traducir en una mayor exigencia con los presupuestos, que «tienen que contribuir» al crecimiento, la creación de empleo y la estabilidad económica.

Reformas urgentes

Ordóñez dijo estar «convencido» de que las tensiones financieras responden a una «sobrerreacción» de los mercados, que «no siempre han sabido valorar correctamente» las fortalezas y debilidades de las distintas economías. Asimismo, consideró que una reforma de las pensiones «inmediata y ambiciosa» no sólo reafirmaría los compromisos de reducción del déficit del Gobierno, sino que podría repercutir favorablemente en el coste de financiación del Tesoro, que ayer se vio obligado a duplicar el rendimiento de sus letras para colocar la deuda española en el mercado. También pidió que se aplique el nuevo marco laboral e insistió en que «hay que rematar» el proceso de reestructuración de las cajas. Ordóñez señaló el déficit público como una «prioridad ineludible» y pidió el compromiso de todas las administraciones públicas, para lo que propuso que los parlamentos autonómicos fijen un límite de gasto anual. La consolidación presupuestaria «no está exenta de riesgos», lo que, según afirmó el gobernador, exige un seguimiento y control riguroso de los ingresos y gastos.