Caracas

«Me divierte horrores ser Carolina Herrera»

La diseñadora venezolana cumple 30 años en las pasarelas en plena expansión internacional de su firma

«Me divierte horrores ser Carolina Herrera»
«Me divierte horrores ser Carolina Herrera»larazon

El madrugón ha sido grande para el equipo de Carolina Herrera y dos horas antes del desfile todo está prácticamente listo en el backstage del Lincoln Center. O, al menos, cada uno ocupa su lugar para que el engranaje funcione: los peluqueros alisan el pelo a las tops, las planchadoras miman un vestido de gasa verde, los Manolos esperan a los pies de las perchas en bolsas de plástico. Al levantar la mirada después de embobarse con las joyas de baquelina, Carolina Herrera (Caracas, 1939) está de espaldas. Sobre unos tacones rojos, sus piernas fibras. Su estilista la mira y comprueba que las arrugas que se forman en la manga sean las justas y necesarias. Ni un signo de ostentación. Elegancia refinada. Esa que le ha permitido cumplir precisamente ahora 30 años desfilando en la pasarela de Nueva York. Y lo celebra como si nada.
«¿Sabes qué ocurre? Que me da la sensación de que no ha pasado el tiempo. Cada seis meses, cuando trabajo cada colección, siempre surgen los mismos nervios, las mismas angustias. Lo vivo como si fuera el primer día», confiesa a LA RAZÓN. A pesar de la tensión que esto puede generar, la venezolana asegura que estar en lo más alto nunca le ha agobiado tanto hasta el punto de gritar: «Que se pare el mundo, que me bajo». «Para nada, mi trabajo me divierte horrores y forma parte de mi forma de vivir: sólo hago aquello que me divierte. Si me llegara a fastidiar alguna vez, lo dejaría. Tengo pasión por la moda y voy a seguir trabajando». Entonces, ¿morirá con las botas puestas? «Eso no lo sé, depende de si tengo suerte». Parece ser que de momento le acompaña, dando esquinazo a la crisis con nuevas líneas de perfumes, complementos... Todo, de la mano de Puig, que lleva el timón financiero de la firma con mano de hierro. Y éxito. De hecho, el 7% del volumen de negocio que genera en moda la empresa española procede de los diseños de la venezolana.
De ahí que hablar con Carolina Herrera de la recesión suene hasta de mal gusto. «Estamos saliendo de ella… O, mejor, ya salimos. Vamos a evitar hablar de ella para que no vuelva», bromea.

Mujer internacional
¿Hay crisis de elegancia? «Lo que ocurre es que la idea de elegancia a veces cambia. Es más, en ocasiones las mujeres quieren huir de decir que lo son y aseguran ser "cool"para referirse a la misma idea. La elegancia es un concepto que no desaparecerá nunca». Con presencia en más de 250 ciudades del mundo, es precisamente esta visión cosmopolita parte del secreto del éxito de Carolina: «No diseño para una latina, o para una mujer española o norteamericana. Diseño para una mujer internacional; si me centrara en un solo público me volvería folclórica». Tampoco teme, como muchos otros sí lo hacen, que Zara o H&M planten una tienda frente a la suya. Es más, se ve elaborando una colaboración «low cost» a la manera de Versace con la multinacional sueca. «Es una idea que me encanta, me fascina. Creo en la democratización de la moda. Está claro que no va a ser la misma colección que presentas en la Fashion Week, generas otra idea».


SIN JUBILACIÓN A LA VISTA
«Para mí estos 30 años han pasado sin darme cuenta. No los he ido contando. Con diez, que fue cuando comenzó todo, no te das cuenta de lo que ocurre con claridad aunque sí recuerdas los desfiles», comenta Carolina Adriana Herrera, hija de la diseñadora volcada en la línea de perfumes. ¿Tomará su relevo? «A mi madre no le gusta nada la palabra jubilación, tenemos Carolina Herrera para mucho tiempo. No me estoy preparando para la sucesión ni nada por el estilo».