Artistas
El Teatro Real recrea la creación del mundo para el público infantil
¿Cómo se creó el mundo?. "El niño y la creación del mundo", un espectáculo infantil ideado por el Teatro Real, de Madrid, da una de las respuestas posibles a esta cuestión, al inspirarse en leyendas de la Patagonia para recrear ese momento con un cuento musical.
Un narrador-actor, tres músicos -flauta, violonchelo y percusión- y un vídeo animado con la técnica del "stop motion"(en la que se aparenta el movimiento de objetos estáticos a través de una serie continua de imágenes) se subirán al escenario del Teatro Real para dar vida a esta obra, con libreto de Rita Cosentino y música original del compositor Miquel Ortega.
Las diez funciones tendrán lugar en la Sala Gayarre del coliseo madrileño y se celebrarán el 8, 9 y 10 de febrero (en sesiones de mañana) para colegios, y abiertas al público el fin de semana del 11 y 12 de febrero. El argumento de "El niño y la creación del mundo"se remite a los pueblos originarios que habitaron hace miles de años la Patagonia argentina, cuyas leyendas decían que en aquel lugar, en medio de la oscuridad, sólo había una pequeña luz, un dios "solo y triste".
De sus lágrimas nacieron los mares y a partir de ahí la luna, el sol, las montañas y otras muchas cosas, transformando el lugar en un bello paisaje, aunque la oscuridad, celosa, envió a un gigante para que raptara a la mejor amiga del dios de la luz, la nube Teo. Ambos se enamoraron y de esa unión nació un hijo, que ayudó al dios de la luz a crear vida dónde sólo había piedras, agua y nubes.
Joachim Pflieger, responsable del proyecto pedagógico del Teatro Real, ha calificado el proyecto de "ejemplar"por su "sutileza y precisión", así como por su "valor educativo", y ha considerado que la obra es como "abrir un libro que reflexiona sobre el mundo y las otras culturas". "Es una historia con un gran mensaje humanista, llena de poesía", ha dicho Pflieger, mientras que Rita Cosentino, ideóloga del proyecto, ha asegurado que la mayor dificultad ha estado en unir dos técnicas completamente distintas: la más rudimentaria del papel con la de un lenguaje tan contemporáneo como el vídeo.
El resultado, según Cosentino, es una historia "de forma simple y con un lenguaje cercano a los niños", en la que se ofrece a los pequeños uno de los múltiples puntos de vista sobre la creación del mundo, en concreto el procedente de la mitología de América del Sur, de la Patagonia.
La creación de los distintos personajes, "a partir de la nada", ha sido obra de Ángel Sesma y sus socios de la compañía Perricac, quienes se ha inspirado en objetos reales de la mitología mapuche, como un tambor con el que hacían rituales, para crear sus caras. Para Ángel, en esta historia "no hay buenos ni malos", sólo distintas energías que poco a poco van logrando controlar lo que antes estaba descontrolado.
La música, a cargo de Miquel Ortega, ambienta la historia a partir de instrumentos que proporcionan sonidos primitivos de la Patagonia, los de percusión, utilizando hasta diez instrumentos distintos, aunque también se vale de la flauta y del violonchelo, con los que logra, a partir de escalas musicales exóticas, un lenguaje musical propio.
Para el actor Manuel Rodríguez, que encarna al protagonista del cuento, Eduardo, ésta es una apuesta "muy valiente"por parte el Teatro Real, basada en criterios de "calidad"que poco tienen que ver -ha dicho- con los proyectos "rápidos"que suelen realizarse en la actualidad para niños acostumbrados a los vídeo-juegos.
"Como actor, me llena de orgullo ese respeto que muestran por los niños, la constatación de que no todo vale", ha dicho Rodríguez, quien ha subrayado que este cuento musical se para "en cada gesto", con la intención de que a los más pequeños les llegue el mensaje correcto que les lleve a hacerse preguntas sobre la creación del mundo.